El gran capitán del Hestia, Diego Alderete, ayer a la mañana en el Pavelló Menorca, a punto para otra sesión de entrenamiento. | Katerina Pu

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Diego Alderete (2000, Madrid) ya es historia del Bàsquet Menorca después que el alero llegara y sobrepasara los 100 partidos con el club menorquín; tres dígitos que sólo había alcanzado ‘Pitu’ Jiménez (134), el anterior capitán del Hestia Menorca. Alderete, determinante en la pizarra de Javier Zamora y referente dentro y fuera de la pista, habla con «Es Diari» de su gran relación con el ‘coach’, de su rol en el equipo y la liga, del partido de mañana en casa o de su pillería en el rebote. Es la palabra del ‘Alcalde’ de Bintaufa.

Primera pregunta obligada. Usted recientemente alcanzó los 100 partidos en el Hestia Menorca. ¿Qué le supone? ¿Lo habría imaginado nunca cuando llegó a la Isla?
—Para mí es algo importante y que me llena de ilusión y la verdad es que cuando aterricé aquí hace ya cuatro temporadas, jamás lo habría imaginado porque es un club muy grande y con mucha historia y poder completar aquí más de 100 partidos es de destacar en mi corta carrera deportiva.

La plantilla, de la mano de Javier Zamora, se ha ido reinventando pero la confianza en usted se mantiene intacta y van cuatro cursos…
—Personalmente siempre agradeceré la confianza de Javier Zamora en mí, tanto en estas temporadas en Menorca como en los años anteriores en Estudiantes. No puedo estar más contento y agradecido a todo lo que ha hecho por mí en Menorca y en el Estudiantes y espero que me queden muchos años con él, la verdad. La confianza es mutua; él confía en mí y yo en él y es muy importante de cara a afrontar las temporadas y seguir haciendo equipo.

¿A qué cree que es debida esta buena sintonía y conexión entre técnico y jugador-capitán?
—Ya son muchos años desde que nos conocimos, a mis doce años en el minibasket, que fuimos a un Campeonato de España de Selecciones Autonómicas, junto a mi hermano, con dos años menos. La buena relación entre nosotros ha ido creciendo y evolucionando desde que era un ‘peque’ y siempre queda el respeto de entrenador-jugador, que es lo más importante dentro de la pista. Espero que siga así para muchos años.

Centrados en el día a día, el último triunfo en Ourense, ¿hasta qué punto es importante a domicilio y abriendo segunda vuelta?
—Victoria muy importante, ya tuvimos una parecida, prácticamente igual, la temporada pasada ahí; ante un rival muy duro, que lleva haciendo las cosas muy bien toda la temporada. Sabíamos que ganar en su casa era muy complicado pero estuvimos dos semanas preparando el encuentro, con muy buenos entrenamientos y el equipo muy metido y concentrado como se vio. Todos demostramos algo en Ourense y fue lo que nos llevó a vencer.

Decía Zamora al concluir en Galicia que para lograr el reto de la permanencia habrá que ir sumando lejos de casa.
—Sabemos que en esta liga es muy complicado sumar fuera porque todos los rivales son muy duros aunque también se ha visto que cualquiera puede dar la sorpresa lejos de casa, como Oviedo mismo el otro día ante Estudiantes. Nuestra misión es trabajar duro todos los días y afrontar cada encuentro como si fuera el último.

En este mismo sentido, sé que me dirá que lo son todos, pero el partido de mañana en casa, ¿es muy importante no sacarlo adelante ante el Amics de Castelló?
—Insisto, cada partido es una final para nosotros y así es, el próximo que tenemos es el Amics de Castelló, así que por ahora la cabeza puesta en este partido y no pensamos en otra cosa que no sea en mañana. Es nuestra final y a día de hoy es el encuentro más importante de nuestra liga; luego el siguiente, partido a partido pero sí es un partido importante porque lo jugamos en casa. Sabemos lo importante que es pelear y luchar en el Pavelló; hace que la afición esté con nosotros y unidos y lo pelearemos como siempre hacemos, con la idea de competir al máximo.

De su estreno en la antigua LEB Oro (Primera FEB) a este año, ¿nota que de cada vez los triunfos son más complicados y las ‘pájaras’ salen más caras?
—Dice mucho del nivel de esta liga, que de cada año es más alto. Somos muchos los que pensamos, como yo mismo, que esta edición de la Primera FEB es probablemente la más potente de los últimos 15 años mismos. Un mal encuentro o diez minutos de desconexión te pueden costar un parcial que te saque del partido por completo y en esta categoría, ganar los encuentros siempre va a ser una guerra. Todo rival va al máximo cada jornada y cada semana somos muchos equipos que nos jugamos o estar arriba o abajo y por ello cada jornada son finales.

Empezaron la temporada sin Cone ni Davis; vino el primero y luego el segundo y para ser jugadores determinantes y absorbentes de balón. Y al final, se fue Davis. ¿No es fácil no ir adaptando una manera de jugar y roles individuales con tantos movimientos?
—Pienso que el equipo está por encima de todo y eso cada uno de los jugadores que llega al Hestia Menorca lo sabe. De hecho, Javier Zamora solo va a fichar jugadores que él conozca, que sepa que se puedan adaptar a nuestro estilo de juego y que él confíe en que estos van a tener claro que el equipo está por encima de todo. Obviamente, que se vaya un jugador nunca resulta fácil pero sabiendo que la plantilla está por encima de todo y es lo más importante, una salida no es tan determinante

La marcha de Davis demostró que son un ‘equipo’.
— Todos sabemos que es un gran jugador e importante pero confiando en el técnico y en el trabajo del equipo hemos podido ir sacando victorias tras su marcha.

Individualmente, Diego Alderete es normalmente titular en este Hestia Menorca. ¿Se ve ya consagrado no en esta categoría y como un jugador que ya es algo más que corazón e ímpetu?
—(Risas). Cada año que pasa y cada partido que disputo incluso en cada minuto evidentemente ganas experiencia, conocimientos sobre el campo, saber leer diferentes situaciones, aguantar la presión y los nervios. Está claro que esto es lo que te hace de cada día ser un mejor jugador pero estoy seguro que aún me queda mucho camino.

Me está respondiendo pero a medias...
—Eso, que hablar de jugador consagrado... Me queda mucho tiempo todavía para llegar a serlo en esta Primera FEB, como hay muchos jugadores referentes en esta liga. Y sí, corazón e ímpetu siempre deben ser mi estilo y seña y lo que debo poner sobre la pista y nunca dejaré de hacerlo.

Si usted tuviera que hablar de algún jugador ya sí consagrado en esta categoría diría a...
—Los hay que han jugado muchos años en LEB Oro y Primera FEB. Me viene a la cabeza ahora, De la Fuente, del Real Valladolid, que lleva años ahí; un referente en esta liga y los jugadores le respetamos. Como también, por ejemplo, Stutz del Amics de Castelló mismo, que son jugadores que llevan mucho tiempo en LEB Oro, la conocen mucho y ellos sí están consagrados.

La última, sin que nadie nos escuche, ¿cómo lo hace para ser el rey del rebote a lo John Pinone y sin ser muy alto?
—Si lo cuento todos podrán (risas). Lo que hablábamos antes de corazón, ímpetu, querer ir más que nadie a por el rebote y luego ya entran factores como la colocación, ver de dónde lanza el tirador y si se va a quedar corto o largo y claro, conocer los diferentes ángulos del rebote, algo más ya del tema estadística. Normalmente si vas con ganas y te acompaña algo la suerte, sueles atraparlo.

¿De verdad usted cuando está ahí piensa en todo esto o es pura intuición también?
—A ver, cuando uno lanza, te sitúas en el ángulo contrario, donde se supone que ahí puede ir el rebote. Es algo ya más interiorizado y de manera más natural pero tengo claro que la clave está en quererlo más que nadie y colocarte donde intuyes que pueda ir el tiro.

Si echamos la vista atrás, ¿piensa que usted aunque sea sin quererlo ha estado siempre focalizado en el rebote?
—Tanto como desde siempre diría que no pero quizás sí que desde final de cadete, los 16 o 17 años, sí que empecé a capturar más y desde ahí cogí estas ganas. Cuando en un partido coges 7-8 te animas y quieres coger más.

¿Echa de menos tener algunos centímetros más?
—Siempre me irían bien, de alto y sobre todo de envergadura, ya que tengo los brazos muy cortos y unos como los de David Gómez no me irían nada mal (risas).