Penetración de Tanoh en el encuentro ante Alega Cantabria.

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¿Y por qué no proseguir con la buena dinámica y sumar la tercera seguida? Con esta premisa ha viajado el Hestia Menorca a la que será su tercera cita del curso, este domingo (18 horas) en el pabellón Amenabar Arena y ante el peligroso y aguerrido, Inveready Gipuzkoa. La escuadra menorquina buscará hoy seguir invicto en esta apasionante Primera FEB 2024-25 y además hacerlo en una de las pistas que se antojan más complejas de la temporada, pese a haber arrancado con un 0-2, cayendo con Palencia (78-69) y Real Betis (62-77).

El equipo del madrileño Javier Zamora se enfrenta este domingo ante un rival que ha sufrido pérdidas importantes del curso pasado pero que ha fichado bien y que pone en el compacto bloque su prioridad en la pista. De hecho, el mismo ‘coach’ de la nave insular avisaba del talento del Gipuzkoa. «Fueron la revelación de la temporada pasada y el que mejor básquet hizo, siendo un grupo de identidad, con bloque de la casa y que transmiten energía y estoy seguro que será de los que darán guerra a los transatlánticos de arriba», advertía, de primeras Zamora. «Un rival con amenaza en todas sus líneas, muy sólido y de ideas muy claras. Nos toca estar lo más concentrados posible», avisaba, Zamora.

Con la única incidencia de Pablo González Longarela –con una pequeña torcedura en el tobillo derecho–, el Hestia incidía en que el Gipuzkoa es un rival, «que nunca se rinde y siempre está». Y es que abundaba Zamora en que la Primera FEB «está creciendo y mucho, con 6-7 equipos que ya han dicho que su reto es ascender y otros que sueñan con ello aunque no lo digan. Nuestro reto es disfrutar de una de las mejores ligas de Europa y cada victoria tiene valor».

En cuanto a las dos victorias y sin perder del Hestia, según Zamora, «es algo anecdótico. Dos victorias de 34 es poco, queda mucha liga y estamos en la salida. Va bien claro ir ganando pero sabemos quiénes somos y que nos tocará sufrir claro».

El cuadro donostiarra

La identidad del equipo rival de los menorquines es el trabajo, señas de identidad de los equipos que dirige Odriozola, cuyo esfuerzo no se negocia nunca con este técnico. En el mercado de verano llegaron a la entidad guipuzcoana Javier Nicolau, un interior técnico y versátil que llegó para hacer olvidar a Aurrecoechea; Isaac Mayo, juego directo, agresivo y anotador; Jakub Mokrán, capaz de jugar de cara al aro como en el poste bajo; Mateo Díaz, un ‘uno’ muy intenso sobre todo atrás; Xavier Johnson, quinto máximo anotador de la NCAA en sénior, combo de nivel y tirador nato y Pape Bocar Sall, ‘cinco’ de envergadura, atlético y móvil. Del curso pasado perdieron a Xabi Oroz, Alex Barcello e Iván Aurrecoechea; Aitor Zubizarreta asume más papel.