Fue un triunfo en cualquier caso merecido. El Menorca hizo muchas cosas bien durante muchos minutos, mostrándose especialmente preciso, térmico y eficaz en labores defensivas. En ataque, mención especial para Pol Figueras (21 puntos con siete triples) y, sobre todo, para Víctor Arteaga, que elevó su estadística hasta los 27 puntos (14 de ellos en un tercer cuarto de rendimiento superlativo), a los que añadió nueve rebotes para alcanzar una valoración de 34 créditos, con diferencia la más elevada de la velada.
En lo intangible, el pívot conquense del Menorca, sin partir de titular, intimidó, punteó tiros, lideró la protección del aro menorquín en la zona, atacó el rebote rival en ataque... en suma, completó con toda probabilidad su mejor actuación desde que hace ahora un año firmó por el proyecto insular, lo que supone a su vez un excelente augurio para la campaña que ahora despereza.
En cuanto al partido, su resolución tardó en despejarse hasta los segundos finales. Y en ese sentido, el primer cuarto se distinguió un reflejo de lo que aguardaba. De hecho, el Menorca no pudo dominar el marcador hasta mediado ese parcial inicial, en el que pasó de un contrario 7-11 a un favorable 19-11 tras una ruptura de 12-0 que en lo anímico no afectó a su adversario (19-13, primer cuarto).
Intentos de despegue
No, puesto que un par de buenos ataques permitió al Zamora estrechar el guarismo al poco de empezar el segundo parcial (24-22). El partido, en esos fragmentos, reiteró en varios intentos de despegue del Menorca (29-22; 33-27) y continuada réplica visitante (30-27; 37-34) que pudo ser mayor de no haber suscrito un porcentaje pobrísimo desde el tiro libre (3 de 13 en esos diez minutos el cuadro zamorano), situándose un incierto 37-35 al intermedio.
Y llegó el momento de Arteaga en el tercer cuarto. Convirtió seis de los primeros ocho puntos del Menorca en poco más de un minuto (41-33). Pero su impacto no se detuvo ahí y de hecho el ‘5’ del Menorca pasó a ser entonces la única referencia en ataque. Ya fuera en palmeo, en acción de tiro, en mate o ganando la línea de fondo, Arteaga se forró en ese periodo; produjo el 70 por ciento de la anotación de su equipo en ese intervalo y permitió abrir una brecha de cierta consideración (57-50, tercer cuarto).
En la apertura del último cuarto, el sexto triple convertido por Figueras (quien además supo templar, dirigir y leer la defensa rival durante todo el duelo), una acción del imparable Arteaga y un par de libres del reaparecido Pol Molins derivaron en un +12 (65-53 a 7:14). Tranquilizador, sí. Decisivo, aun no.
El Zamora también mostró sus recursos desde el 6.75, a lo que agregó un par de defensas y se acercó a dos puntos, tras aprovechar unos extraños pasos sancionados a Lukovic restando más de dos minutos (70-68). La envergadura de Paukste hizo daño en la zona menorquina. Pero un triple de Alderete a 1:12 descongestionó la situación (73-68) que un 2+1 de, como no, Víctor Arteaga, a 40’’, cerró el partido y la victoria (76-69).
El apunte
«La defensa ha sido la clave», dice Pol Figueras
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.