Es obvio, por tanto, que en suelo extremeño se malgastó una ocasión propicia de poder promover un acelerón casi definitivo hacia la salvación, pero no es menos cierto que el colectivo de Javi Zamora se enfrasca en el último segmento de la temporada en franca situación para hacer que cristalice su objetivo, que no es otro que la permanencia en la categoría.
Producción
La baja productividad ofensiva que acreditó el Hestia Menorca, en un partido de marcado corte defensivo, sin duda lidera, en cuanto a causas, en el argumentario de la derrota. El cuadro insular hizo un 16 de 40 en tiros de dos (por debajo del 50 por ciento de efectividad) y un todavía más discreto 3 de 25 en triples. Eric Demers, que erró los dieciséis lanzamientos que ensayó (entre los que se contaron trece triples fallados), personificó, por encima de cualquier otro exponente, el aciago día que tuvo en ataque la escuadra menorquina. Que el Cáceres tampoco gozara de un día inspirado en lo ofensivo, sin duda incrementó la ‘chance' de victoria. Pero ni aún así alcanzó ante un rival que acumulaba 70 días sin ganar.
Guarismo
El Menorca, en su derrota cacereña, estableció uno de sus guarismos más bajos de la temporada, dejando su anotación en solo 56 puntos. Únicamente en los tropiezos ante Clavijo (64-55), en la jornada 4, y contra Ourense (50-74), en la séptima fecha liguera, el equipo insular registró una anotación más baja. Cierto es también que en la victoria sobre Leyma Coruña (jornada 5) el Menorca igualó esa cifra, que entonces le valió para ganar (56-51). Igualmente 56 contra el Estudiantes en Madrid (81-56) en la novena jornada; 57 contra Betis y Alicante, en las derrotas de las jornadas 10 y 11… lo que desvela dos datos a los que no cabe réplica: que el Menorca ha crecido ofensivamente a partir del primer tercio de temporada (seis veces por debajo de los 57 puntos en las primeras once jornadas) y que aún merodeando la perfección en defensa, difícilmente se gana de no rebasar los 60 tantos.
Averaje
Dentro de lo decepcionante que siempre es perder, el Hestia Menorca lo hizo por una franja de siete puntos (63-56) que le permite mantener el basket averaje particular respecto al Cáceres, al que en la primera vuelta en Maó derrotó por 86-67 (+19). Por tanto, la distancia de tres partidos es virtualmente de cuatro en favor del conjunto de Javi Zamora, que en caso de igualar en la clasificación siempre prevalecerá sobre el equipo extremeño. Asimismo, de producirse algún triple empate con Menorca y Cáceres de por medio, un +19 se presume una ‘ayuda' inestimable para que la coyuntura decline siempre en favor insular.
Sin franja
Y aunque el Menorca conserva sus tres partidos de ventaja en relación a la parte baja, la derrota en Cáceres le ha rezagado hasta el décimo quinto puesto de la clasificación (inició la jornada como décimo tercero), situándole así como el último equipo que ahora mismo burlaría el descenso (9-16). Por debajo suyo, el Amics Castelló de Joan Faner (6-19), el propio Cáceres (6-19) y el colista, y cada vez más desahuciado, Rioverde Clavijo (4-21). Al Menorca todavía le resta un partido tanto contra el equipo castellonense (a domicilio) como ante el riojano (en Maó). Un porcentaje importante de la permanencia puede estar en esos dos duelos. Por otra parte, la fase de ascenso, paradójicamente, se advierte a dos partidos… Más cerca del playoff que del descenso, pero más allá de esa anecdótica apreciación, a nadie escapa en la Isla que el único horizonte actual del Menorca es asegurar su continuidad en la categoría. Una vez se logre, será momento de visualizar algo más. Nunca antes.
Ausencias
La última adquisición del Hestia Menorca en el mercado, el pívot malagueño internacional por España en categorías de formación, Golden Dike, no pudo debutar en Cáceres. El jugador ya tiene licencia, pero aún no cuenta con el transfer, de ahí que Javi Zamora no pudiera alinearle en pista cacereña, según era la intención. El ex de Loyola Maryland, si la problemática no se dilata, sí podrá debutar este sábado, en el partido ante el Grupo Alega Cantabria (así lo esperan en el club).
En cuanto a Tom Digbeu, no jugó a causa de unos problemas que arrastra en la espalda, que abortaron su concurso en Cáceres. Pol Molins y Álvaro Sanz, que jugaron, lo hicieron con molestias que deben ir remitiendo con el discurrir de los días.
Tres niveles
A falta de nueve jornadas para que termine la temporada regular en LEB Oro, la competición demuestra tener tres velocidades. En la zona alta, el colapso es considerable, y entre el inesperado bajón del Leyma Coruña, quizá ocasionado por el mal de altura de verse en las cercanías del ascenso directo, la recuperación de San Pablo Burgos, la irregularidad de Estudiantes o la línea ascendente de Gipuzkoa, la realidad es que entre el primer clasificado, que es el cuadro gallego (19-6), y el séptimo, HLA Alicante (17-8), la diferencia es de apenas dos partidos. Y de solo un encuentro del primero y al quinto, que es el cuadro donostiarra.
La segunda ‘velocidad', deja al Real Valladolid, octavo (16-9), Real Betis (11-14), noveno y Ourense (11-14), décimo, ejerciendo como trío de ‘enlace' entre el segmento alto y el bajo de la clasificación. La novena posición delimita la última plaza que concede derecho a jugar las eliminatorias.
Y una tercera velocidad, que agrupa desde el undécimo, Alimerka Oviedo (10-15) hasta la zona baja. Al colista Clavijo, con toda probabilidad no le dará para remontar, pero quizá desestimar las opciones de Cáceres y Castelló (6-19 ambos) y descartarles de la batalla por la permanencia resultaría en exceso atrevido cuando restan aún nueve jornadas por consumir y más en el presente año, pues si por algo está destacando la presente LEB Oro es por la incertidumbre que precede la disputa de cada partido.
El apunte
El Clavijo sanciona a su técnico tres partidos