Provisto de la totalidad de sus efectivos, a excepción consabida del pívot serbio Nikola Miskovic, que se lesionó de gravedad en el decurso de la segunda semana de la fase de ascenso, el Menorca, que además del rédito de ocho puntos acreditó en el primer partido jugado en Logroño que cuenta con más y mejores recursos que el equipo riojano, en caso de lograr alcanzar el intermedio de este segundo partido por delante en el marcador, al igual que sucedió en el cruce anterior contra el Ponferrada, habrá trazado un paso casi definitivo en pos de su objetivo. Un planteamiento que por tanto aconseja tratar de ‘reventar' al rival, de dejarle sin oxígeno, desde el principio del partido.
Sin embargo, del deseo al hecho puede mediar un gran trecho, y en el vestuario menorquín se ha tomado conciencia de que el Clavijo no ha aterrizado en la Isla para ejercer de comparsa. Club que supera el medio siglo de recorrido (se fundó en 1967), con pasado en LEB Oro, donde militó entre 2011 y 2018, llegando incluso a jugar el playoff de ascenso a la ACB en 2014, el Clavijo, cuyo actual ciclo en LEB Plata, que se prolonga un lustro, es paralelo al del Hestia Menorca, reúne en su plantilla talento y opciones como para competir en cualquier situación y circunstancias.
Aunque el protagonismo, especialmente en labores de ataque, recae en el alero norteamericano Andre Norris, un exLEB Oro que en su segunda etapa en Logroño promedia 14 puntos y más de cinco rebotes por cita (si bien el Menorca redujo sus prestaciones y campo de influencia en el primer partido), en el también exterior Juan Coffi (el mejor por los riojanos en el duelo de ida de esta eliminatoria) y el croata Demian Balasko, que en esta fase de ascenso está incrementando sus números e impacto, el técnico asturiano Jenaro Díaz (exentrenador asistente de la selección, con la que se proclamó bicampeona de Europa) ha sabido amalgamar un colectivo comprometido y solidario, de roles muy definidos y que tiene la defensa como precepto cardinal en su manual de uso.
Recorrido
En la temporada regular, el Clavijo concluyó en segundo lugar de la conferencia Oeste, con una récord de 19-7 (peores números que el Menorca, que hizo idéntica posición en el Este) y en las eliminatorias por el ascenso ganó los dos partidos al Godella en la primera ronda, remontó con suficiencia un –2 al Palma en el segundo duelo del segundo cruce y ahora la coyuntura le reclama una empresa de una dimensión absolutamente superior, como es invertir el signo de la eliminatoria en una pista que le será especialmente hostil y ante un rival que se ha mostrado superior; a lo largo de la temporada y en el reciente precedente de enfrentamiento directo entre los dos equipos, hace menos de una semana en la plaza riojana.
Porque es ese un axioma que apenas resiste réplica; el Hestia Menorca es superior, con una plantilla que concentra resortes de amenaza en todas las posiciones y en todos los espacios del juego, destacando con luz propia dentro de su exuberante arsenal la figura de Edwin Jackson, un ex de Barça, Estudiantes y de la selección francesa que ha sido máximo anotador de la ACB y que ha incursionado en la Isla y en LEB Plata con una humildad impropia a su talla y estatus de jugador para, precisamente, afrontar y ganar partidos como el de hoy a la noche. Además de que el Menorca orbita en una racha abierta de once victorias consecutivas (entre ‘regular' y eliminatorias), que desborda de convicción en su labor y en su libro de estilo y, por si todos esos factores no alcanzan, jugará en un Pavelló Menorca que presentará la mejor entrada en más de una década. Todo a punto para que la Isla restituya su lugar en el mapa LEB Oro.
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