Diego Alderete, Pablo Suárez, Joshua Tomaic y Álvaro Sanz posan con un canterano del CD Alcázar durante un acto reciente del Hestia Menorca en las calles del centro de Maó | Gemma Andreu

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El Hestia Menorca se asoma a LEB Oro. El equipo de Javi Zamora ganó en la noche del domingo previo el primer partido de la eliminatoria decisiva ante el Rioverde Clavijo, por 59-67, lo que le concede una renta de +8 de cara al segundo partido, que se jugará en la tarde de este sábado en el Pavelló Menorca. Defensa, intensidad, el compromiso de un colectivo en el que cada jugador tiene su rol perfectamente asumido, la notable dirección y gestión de recursos ejecutada desde la banda… los motivos que explican la victoria que ha situado al cuadro insular en el umbral de la segunda liga nacional, son varios, y que radiografiamos a continuación.

Intensidad

El triunfo del Menorca se labró desde la defensa, pero fundamentalmente a partir de la tremenda intensidad que el equipo de Javi Zamora imprimió en todo momento al juego. La puesta en escena atrás dio para limitar al Clavijo a 57 puntos, rebajando en 17 tantos el promedio que ha presentado el equipo riojano en la fase regular (74.6; y venía de endosarle 91 puntos al Palma en la ronda anterior de playoffs), un logro imposible de concebir sin considerar el despliegue que derrochó el Menorca en cada acción. Entre dos equipos que sustentan gran parte de su éxito en la defensa, se ganó la partida. Del mismo modo, el Menorca, en un duelo duro, en que cada punto costó sangre, optimizó su acierto (tiró menos de dos que su rival, pero metió más; 16/34 por 18/30. Y le superó en el triple, tanto en ensayados como en convertidos; 3/16 por 7/21) y rara vez hizo tiros fuera de posición o en mala situación.

Protagonistas

Todo gran partido cuenta con elementos que sobresalen por encima del resto de contendientes, que asumen el rol diferencial. El primer capítulo de esta eliminatoria por el ascenso no fue excepción. Por el Menorca, dentro del excelente tono que ofreció el colectivo destacaron la aportación de Edwin Jackson y la de Diego Alderete. Nada novedoso por otra parte. El escolta internacional francés justificó que su venida a la Isla respondió sustancialmente para disputar partidos de este perfil. Sumó 19 puntos, 13 de ellos en la primera mitad, desatascando por completo el partido en esa secuencia tan importante del mismo, y posteriormente generó espacios, y la consiguiente libertad de acción para que en la segunda parte otros compañeros desempeñaran el rol anotador. Y si Jackson, por enésima ocasión ejerció de catalizador del juego menorquín, el complemento perfecto fue Diego Alderete.

El polifacético ‘3-4' forjado en la cantera de Estudiantes (que en su elástica, sobre el dorsal, portó el nombre de su hermano Héctor, también exMenorca, y que hace un mes se rompió el ligamento cruzado) selló la máxima valoración del partido (23), en lo que sus 18 puntos y trece rebotes tuvieron un influjo evidente. Dennis Rodman, Rafa Vecina, Charles Barkley, Clarence Kea o incluso el más ancestral Alfonso Martínez... especímenes de diversa índole con un patrón en común; sublimaron el uso de la astucia y del sentido de la orientación para mitigar la ausencia de físico, de centímetros, en la lucha por el rebote. «Es cuestión de deseo», acostumbraban a proclamar. Salvando las distancias, Alderete recuerda un poco de todos ellos. Y personifica como nadie el deseo, la ambición por el ‘Oro' del Menorca. Encima defiende. O clava tres triples (al 60 por ciento de fiabilidad, según atestiguó la estadística en suelo riojano). Si el ascenso termina convirtiéndose en una conquista formal en menos de una semana, Diego Alderete será uno de los grandes rostros del mismo.

Antagonista

Y otro nombre propio del partido que significar se alineó en el bando rival. Su impacto sobre el duelo resultó menor del esperado, lo que aún suponiéndose un mérito que circunscribir al Menorca, no rebaja la importancia de su figura en el resultado final, precisamente porque su tibia actuación se advirtió determinante en el mismo, privando al Clavijo de la opción de un desenlace mejor. Sí, se trata del alero norteamericano Andre Norris, que tras firmar unos números imponentes en el segundo duelo ante el Palma (20 puntos, 7 rebotes, 4 asistencias) se quedó en unos discretos 11 tantos y 6 capturas ante el Menorca. Con todo, fue el segundo mejor anotador de su equipo y especialmente en la primera mitad yació como el principal foco ofensivo riojano. Pero se diluyó a medida que el partido discurrió. Con certeza, no se le dio tregua, ya fuera intercambiando la defensa o sometiéndole a constantes 2x1. Si Jackson y Alderete lucieron como los grandes protagonistas, Andre Norris ejerció el papel inverso.

Rotación

  La actuación de Jackson y Alderete no fue el único filón del Hestia Menorca en Logroño. De hecho, el actual recorrido del colectivo de Javi Zamora no se comprende sin la aportación coral de que ha disfrutado. En ese orden, Tamayo, autor de 10 puntos y beneficiado por la tremenda atención que Jackson acaparó de la defensa rival (encestó un par de triples demoledores en la moral riojana), Nacho Arroyo (11 tantos y sosteniendo al equipo tras la eliminación de Molins) y el búlgaro Stoilov (aunque muy sujetado, ofreció un par de acciones de calidad en instantes puntualmente importantes) destacaron como la ‘segunda unidad' del Menorca. Popic, Tomaic, Sanz o Yomi se quedaron sin anotar, pero desde su trabajo defensivo adquirieron trascendencia en el partido. También cuatro rivales se quedaron sin anotar, lo que constata lo ‘caros' que estuvieron los puntos y que la responsabilidad en ataque, a estas alturas, la tienen ambos equipos muy definida.

¿Definitivo?   

El Hestia Menorca empezará el segundo partido de la eliminatoria con una renta de ocho puntos a su favor. No se trata de un margen sustancial, pero es una ventaja al fin y al cabo. Y no mínima. Si bastará o no es una incógnita que solo se despejará una vez termine el encuentro. Pero los precedentes están con el equipo de Javi Zamora, que ha ganado los cinco partidos de playoff que hasta ahora ha jugado (lo que le concede una racha de once victorias consecutivas), que solo ha sufrido dos derrotas en casa esta temporada (contra Prat y Cornellà, y por tres y siete puntos respectivamente), que además llega al último partido del año en su mejor momento y defenderá esa renta al resguardo de un Pavelló Menorca que espera la mejor entrada en muchos años. La sensación, asumiendo que es baloncesto y todos los escenarios se pueden contemplar, es de que el Hestia Menorca, de llegar al descanso del segundo duelo con ventaja, tendrá la contienda prácticamente sentenciada. Un equipo que se asoma a LEB Oro.

El apunte

El Pavelló, con todo su aforo: se triplica la demanda de entradas

El 20 de mayo es una fecha fetiche para muchos clubes deportivos, como el Barça, cuyo equipo de fútbol conquistó su primera Copa de Europa en aquel día de 1992, o el Real Madrid, que en aquella jornada de 1998 truncó una racha de más de tres décadas sin ganar la Copa de Europa de fútbol, y que en 2018 se apuntaba su última Euroliga, al ganar la Final Four de Belgrado con el menorquín Sergio Llull como uno de sus rostros estrella.

También para el Hestia Menorca el 20 de mayo luce con fuerza en su particular libro de gestas, en tanto que a mediodía del 20 de mayo de 2018, y pocas horas antes de que Llull se bañara en lustre continental en la capital serbia, bajo la denominación de Made in Menorca, se materializaba, ante cerca de 3.000 aficionados en Bintaufa, el ascenso a LEB Plata luego de derrotar en el último partido de la fase de ascenso que acogió el recinto mahonés al Zornotza vasco (un logro que el club insular se aseguró en la cancha, pero que, en virtud de la ampliación de la categoría de aquel año, habría podido obtener en los despachos).

Justo cinco años después, en otro 20-M, pero en el caso de 2023, el Hestia Menorca, de no ocurrir un giro dramáticamente copernicano, sellará el primer ingreso de su historia en LEB Oro, categoría a la que a su vez retornaría la Isla después de algo más de once años de ausencia en la misma (el extinto Menorca Bàsquet militó por última vez en esa liga en 2012, para desaparecer aquel verano y tras tener que asimismo renunciar al ascenso a la ACB). El 20 de mayo, una fecha de lo más evocadora. Para el Barça, el Madrid… y el baloncesto de Menorca.