Arroyo penetra en velocidad tras burlar la defensa de Zizic; el Menorca superó al cuadro del Baix Maestrat, al que apenas dejó maniobrar en ataque y ahogó en defensa | Katerina Pu

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El Hestia Menorca desterró cualquier atisbo de crisis, recuperó, después de un par de derrotas, su vínculo con la victoria, y por añadidura durmió este sábado como líder provisional de la conferencia Este. Todo ello después de superar al Maderas Sorlí CB Benicarló, al que hizo trizas con una actuación tan coral como colosal (77-50), dejándole además desprovisto del basket averaje (que era de -20), lo que impone una distancia virtual de tres partidos en la clasificación en favor menorquín.

Dentro de la excelente actuación grupal del Hestia Menorca (no jugaron Álvaro Sanz, baja de última hora por lesión, Pablo Suárez ni Maxime Yomi), cabría destacar la aportación de Pol Molins, esta jornada en su más térmica versión (sobre todo hasta el descanso) y la actuación de Álex Tamayo (en su mejor intervención en meses). También la labor del búlgaro Stoilov (10 puntos y 13 rebotes en su primer partido en Maó) y del serbio Miskovic (12 y 8) reclamó todo tipo de parabienes.

El Hestia Menorca alcanzó el intermedio con el partido casi sentenciado en virtud de una ventaja sustancial de +19 (41-22), que se labró mostrándose especialmente prominente en la actividad interior, en su productividad desde el triple y en una vigorosa defensa, a partir de la que durante varios minutos, sobre todo desde el segundo cuarto, anuló por completo el ofensivo del Benicarló.

Paradójicamente fue el cuadro del Baix Maestrat el que disfrutó de una primera brecha en el marcador discurridos cinco minutos de partido (5-10). El argentino Ruesga (9 puntos en el cuarto inicial) y el base italo-americano Libroia personificaron en esos instantes la eficacia visitante.

Pero la reacción local no se dilató más allá de ese parcial. Popic, Miskovic y Stoilov convirtieron los aledaños del aro en su particular dominio. El Menorca se mostraba hegemónico en el rebote (27 a 19 al intermedio), efectivo en la zona y cuando empezó a cobrar sus primeras ventajas, estuvo demoledor desde el triple, lo que constituyó una ruptura de 25-7 en el segundo cuarto (el primero murió en 16-15), con un Pol Molins en un papel absolutamente protagónico (12 tantos en poco más de once minutos, su estadística al descanso) para incrementar a +20 el diferencial (41-21; 41-22, segundo cuarto). El equipo insular, a la par, se mostró especialmente aplicado en defensa (dejó en siete puntos los guarismos de un Benicarló absolutamente desarbolado en esos diez minutos).

Edwin Jackson, cuyas acciones combinaban astucia, belleza y calidad, Álex Tamayo, que se calzó dos triples en breve margen y la acostumbrada ‘multiutilidad' de Diego Alderete también contribuyeron a elevar la distancia en el marcador.

El equipo insular, en la reaparición tras el parón del descanso, no rebajó su grado de autoridad sobre el partido (50-27 a tres de cerrar el tercer periodo) y en esas que, tanto en el parqué, como en la banda (asimismo en la grada) se empezó a creer, con mucho fundamento, en la opción de invertir el golaveraje (56-34 al terminar ese parcial).

Ni los intentos de Pedro García o de Libroia, de lo poco que rescatar del Benicarló en la segunda mitad, fueron suficiente bagaje para replicar a un Hestia Menorca que, por momentos, merodeó la perfección (70-46; 74-48; 77-50) para suscribir una victoria tan meritoria como tal vez, en función de sus compromisos más recientes, inesperada. Un auténtico festín para acostarse líder y soñar con todo.