Tras un complicado año 2020, marcado por la pandemia, «aunque pudimos jugar casi todo el año, y ya mucho fue con la que cayó», recuerda nuestro protagonista, la competición 2021 en el radio madrileño se encuentra en marcha, «con ciertas restricciones, pero a pleno ritmo», matiza. Esta temporada, y tras ampliar el pasado mes de mayo su vínculo con el Torrelodones hasta junio de 2023, Rubén Pascual se desempeña al frente de los equipos infantil femenino A y el mini masculino A de la factoría madrileña, que se manejan en un contexto competitivo equivalente, en términos deportivo-territoriales, al Interilles Junior de ámbito balear, si bien la competencia, en el paradigma de Madrid, se multiplica en modo exponencial.
«Estoy muy contento; aprendiendo cada día, y no solo en aspectos de dirección, puesto que ir de la mano de Luis (Arbalejo) es un aprendizaje diario en todos los sentidos», anota Pascual, que va para su tercer año natural en el ‘Torre', margen suficiente para afianzar una impresión certera acerca de la sustancial diferencia existente entre una realidad (Madrid) y otra (Menorca).
Diferencias
«Las diferencias son muchas, en muchos aspectos. En Madrid nos manejamos con una población muy grande y de gran movilidad; aquí vienen niños de Rivas que hacen 120 kilómetros diarios para venir a entrenar, mientras que en la Isla a un niño ya le cuesta venir de Alaior a Maó, y son 10 kilómetros… es también una cuestión cultural, de mentalidad. Aquí existe el hábito de coger coche o transporte público», revisa Pascual. Más diferencias. «A nivel de competición, en Madrid no nos enfrentamos cada trimestre con los mismos. Desde mini, las categorías se rigen por nivel Especial, que abarca toda la comunidad autónoma, y en la que hay tres divisiones, puedes bajar, subir, luego está la Preferente, que es más zonal… a nivel de competición, el deseo o la necesidad de ganar está ahí, pues si estás en una plataforma u otra, el nivel baja o sube», sigue el técnico menorquín. «En cambio, en Balears, la insularidad nos obliga a jugar contra los mismos todo el año. Ese hándicap, más población, más movilidad… son factores importantes y diferenciales», insiste en ese sentido.
4 comentarios
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Ostras que titular mas negativo para quien cree de verdad en el deporte base como algo educativo también.
Creo que confundes mal estar con enfado, si inviertes tiempo en formar a un jugador duele que se quiera ir, igual que el Alcázar en los últimos años no llama a jugadores para que vengan, vienen o no, pero por si solos, aunque otros equipos "si" lo hagan. i lo de los árbitros es de traca, hay que ser coherente con lo que se escribe, es un colectivo, dañado actualmente para tirarles piedras, hay que respetar mas a los árbitros i reconocerles que sin ellos no se podría competir.
Pero en el Alcázar el tío se enfadaba si un niño se iba a otro equipo, aunque el Alcázar sigue "robando" jugadores a otros equipos y ayudado por los árbitros como toda la vida.
Igualito que en el Alcazar.