El Hestia Menorca se desquitó de sus dos dolorosas derrotas antes sendos rivales directos en la lucha por el liderato como CB Prat y Barça B, y pasó por encima de un endeble CB Villarrobledo sin duda desmotivado por un complicado inicio de temporada marcado por el Covid-19 y que llegaba a la cita tras perder por la mínima ante el CP La Roda con un triple sobre la bocina. Los hombres de Oriol Pagès no dieron opción a su rival y fueron superiores de principio a final, pues siempre fueron por delante en el luminoso y a la finalización del primer cuarto la ventaja superaba los diez puntos, mientras que en el segundo el dominio se intensificó y al descanso la brecha rozaba los veinte puntos. Tras el paso por los vestuarios el conjunto menorquín jugó todavía más suelto y, sobre todo, cabe destacar que nunca bajó el ritmo. Lo hizo tan fácil y bien que se colocó muy rápido en torno a los treinta puntos de distancia, continuó apretando e incluso a segundos de la conclusión llegaría a firmar una máxima con el 51-89.
Ambos comenzaron el partido finalizando muy bien por dentro, en la pintura. Pero apenas durante los segundos iniciales pues después sólo lo haría mejor el Menorca, 2-10 en menos de tres minutos. El Villarrobledo cedía demasiado pronto pero dos triples consecutivos de Mejía y Diene cerraban la herida y obligaban a los visitantes a perseverar en su buen arranque, 8-10 en el cuatro. El choque se ajustó pero más por errores que por aciertos, hasta que Pagès movió generosamente su banquillo y el equipo recobraba el aire en el aspecto defensivo volviendo a maniatar por completo al cuadro manchego. En el tramo final los isleños también funcionaron en ataque de manera muy acertada, con dos triples pero también machacando el aro, y por momentos el quinteto local se vio desbordado. Al final 13-24.
En el segundo los locales salieron más fuertes en defensa y el Menorca tendría algunas dudas ofensivas y algún despiste atrás, 23-28 en el minuto cuatro, pero los pupilos de Oriol Pagès controlaban bastante bien la batalla bajo los aros y además los rojillos cuando tenían la oportunidad de sacar provecho no estaban nada acertados en el tiro libre. No sin trabajo pero sí de forma lo suficientemente clara el Hestia fue imponiendo su mayor calidad, Corbacho o Méndez aparecieron desde el triple y el gigante Dijkstra consiguió entrar en juego, para superar la barrera psicológica de los diez puntos y poner a su oponente en un serio aprieto. El Villarrobledo no encontraba solución a sus problemas y se veía obligado a finalizar desde la larga distancia, porque la pelota nunca llegaba con opciones a sus postes altos. Y es que la pintura en ataque les estaba vedada, 26-41 a falta de minuto y medio para el descanso y tiempo muerto obligado de Junior. Al paso por los vestuarios máxima con el 27-46 tras un nuevo triple de Timoner.
En el reinicio a los manchegos no les salió nada y nuevo parcial de 0-8 colocaba un sonrrojante 27-54 que liquidaba el resultado por la vía rápida, pero no ya por el abultado marcador y sí por las sensaciones tan negativas que dejaban los anfitriones, negados en ataque tanto por dentro como por fuera y muy blandos en defensa. Los de Pagès no aminoraron su ritmo pese a que el Villarrobledo lo intentó y terminaron firmando un claro 38-64.
En el último cuarto el Menorca jugó con exquisita deportividad pero no aflojó, ahogando definitivamente a un oponente que incapaz de dar respuesta recibió un pequeño repaso.
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