Un test de altura

Una, la opción de incrementar a tres su relación de victorias consecutivas, lo que se distinguiría su mejor racha desde que el curso alzó el telón; otra, que el éxito, de consumarse, le acercaría más si cabe a esa sexta plaza que marca la distancia entre residir en la más absoluta tranquilidad en la segunda fase de Liga o hacerlo en plena tensión por evitar el descenso de categoría. Y un tercer aspecto a considerar desde el flanco insular, la posibilidad de ‘vengar' la derrota padecida en la jornada inicial en Maó ante el conjunto pimentonero (58-72), con certeza, de los bloques más sólidos y fiables que orbitan en el ‘universo LEB Plata'.

En la que será una semana competitivamente densa (miércoles visita la Isla el Girona, el sábado próximo lo hará el líder y flamante finalista de Copa, Alicante), el Hestia afronta la primera de esas tres ‘etapas', en terreno murciano, con una moral y estado físico en un orden de máximos. No en vano, la racha acumulada por el grupo de Oriol Pagès es de cuatro victorias en sus últimas cinco intervenciones, fundamentada, en gran medida, en la continua progresión que como conjunto está demostrando –lo fragmentado de la producción ofensiva en el triunfo de turbio epílogo en Vic, un muy rico paradigma al respecto.

Resta ver como ha afectado en el bando murciano su eliminación de la final de la Copa LEB Plata, ocurrida a raíz de caer en la jornada previa con el Girona. De hecho, será este el primer partido en que la plantilla que entrena Rafa Monclova –en la que De Shawn Curtis, 15 rebotes y 6 rebotes de media, y Connor Beranek, 13.5 y 8.5, se distinguen sus mejores baluartes– actúe luego de tal decepción. Segundo en la clasificación con un récord de 7/4, de sus cuatro derrotas, dos las ha encajado al resguardo de su afición –con Morón y la reciente con Girona. El Hestia tratará de propiciar la tercera. Un desafío de altura para seguir escalando en la clasificación.