Narcís Pons es manteado por sus jugadores en Ses Canaletes | Jaume Fiol

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El Alcázar hizo valer su aceleración en las tres últimas jornadas del calendario para alzarse con la Liga de Menorca, en la categoría autonómica, un título para el que parecía descartado tras encadenar cuatro derrotas y que celebró finalmente con su victoria en la pista del Sant Lluís (55-68). «El título es el triunfo de un grupo de amigos implicados», asevera su entrenador Narcís Pons, quien no esconde por otra parte que «también es consecuencia de una serie de resultados ajenos que nos han favorecido».

Que el Alcázar se haya adjudicado el campeonato doméstico con un balance de victorias/derrotas inferior (6-4) al que le valió el segundo puesto (7-3) en la Copa que ganó el Ferreries revela «la igualdad de una liga amateur, condicionada por las particularidades semanales de cada equipo -lesiones, ausencias por trabajo o viajes- y que ha provocado resultados dispares entre dos mismos equipos, porque de una vuelta a otra igual había tres jugadores de menos en un bando».

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