Los dos equipos salieron con el freno de mano echado. Mucho era lo que había en juego y nadie quiso conceder el más mínimo margen al rival. Aunque el Real Madrid se las arregló para dar un pequeño tirón y cerrar el primer acto con un 19-14.
En el segundo cuarto, el equipo de Pablo Laso comenzó a dar buenas señales 25-16 (m.12), aunque el Panathinaikos, con Calathes y James como forjadores del baloncesto heleno, demostró que siempre vuelve (27-24). En ese momento apareció Sergio Llull en estado puro. Desde el inicio del cuarto había dado cuatro asistencias e intentado un triple sin éxito, pero necesitaban sus puntos y convirtió dos 'mandarinas' seguidas para arreglar la situación en 30 segundos, 33-24.
El Panathinaikos acusó el golpe y el Madrid se creció en su juego, firmando un parcial de 10-0 (37-24, m.16). Felipe Reyes se sumó a la fiesta con 7 puntos en los últimos cuatro minutos para marchar a vestuarios con 51-35.
El Real Madrid siguió defendiendo, pero abrió la espita de su juego ofensivo y desbordó a un Panathinaikos demasiado centrado en defender y con pocas armas más allá de James y Calathes. La ventaja local se amplió a 59-37 -máxima- a los dos minutos de la continuación.
La mayor parte del trabajo ya estaba hecho para el equipo blanco, pero con 18 minutos por delante y un Panathinaikos herido en su orgullo tenía que mantener el tipo. Los griegos subieron líneas en defensa, casi fue una presión a toda pista, y se pusieron en modo remontada. Es decir, defensa sin mirar el número de personales y ataque directo. Laso volvió a dar entrada a Llull para que organizara un poco el pequeño desbarajuste. El mahonés cumplió cumplió anotando otro triple a falta de seis segundos para el fin del tercer cuarto, 78-60.
El Panathinaikos lo intentó por la tremenda: defensa al límite y ataque suicida y los resultados no se hicieron esperar, más que por su puesta en escena por el frenazo del Real Madrid, 80-72 a falta de 5.30 minutos. Los griegos metieron el miedo en el cuerpo a las gradas.
Singleton, con 11 puntos en el último periodo, estaba en estado de gracia. Con 2 minutos por delante y 83-79, Felipe Reyes hizo de capitán y dio aire al Real Madrid. Como Doncic, con un triple a tablero a falta de 69 segundos, 88-82. Definitivo.
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