El Made, como Vargas en esta entrada a canasta, va a por todas en este tramo final del calendario. | Javier Coll

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La era Miguel Ángel Hoyo prepara su primer compromiso como local con un duelo que permitirá a los aficionados más granados, o al menos con la mayoría de edad sobradamente cumplida, evocar los derbis baleares de la década de los 90 y principios del siglo XXI.

El Made in Menorca se enfrentará el domingo (12.30 horas) al Flanigan Calvià y además recupera para la ocasión el escenario de aquellas históricas confrontaciones: el Polideportivo de Maó. La instalación, que ya acogió con éxito el pasado 17 de diciembre el partido contra el Salt, albergará los tres últimos partidos del calendario regular en la Isla.

El Made in Menorca alcanza la cita tras vencer en la pista del Collblanc (56-71) y romper dos rachas: la de cuatro derrotas a domicilio y la de dos pérdidas consecutivas, situación que no se había dado hasta el primer tropiezo en Ses Canaletes frente al Arenys (81-82). «Seguimos siendo los mismos. El equipo está bien, animado y optimista para afrontar el partido con el Calvià. Todavía no estamos muertos, quedan seis partidos», expone Jesús Vargas.

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