Después de sufrir derrota en las finales de Euroliga y ACB en 2014 y caer en cuartos de final del Mundial en nuestro país, Llull inauguró el ejercicio 2014/15 alzando la Supercopa en Vitoria (99-78 al Barça), de la que fue reconocido mejor jugador (21 puntos). El base menorquín reiteró en el éxito colectivo, en la Copa del Rey de Las Palmas, en febrero, ya entrado 2015, sometiendo otra vez al Barça (71-77). Previamente, destrozó al Joventut de Álex Suárez en semifinales, en lo que fue la primera vez en que dos menorquines rivalizaban en la competición del K.O.
El gran triunfo
La temporada se atavió con la estampa de histórica con la anhelada Euroliga, conseguida en mayo pasado. Veinte años después de su éxito anterior, y luego de entregar derrota en las dos finales precedentes, el Real Madrid se hacia con su noveno cetro continental pulverizando al Olympiacos en la capital, primer triunfo de Llull en la máxima competición. La victoria en la ACB, un mes después (3-0 al Barça en el play off definitivo) aderezaba un curso, en clave nacional y europea, perfecto para los blancos. En el aspecto individual, su segundo MVP del curso resultó una consecuencia natural a su rendimiento en la final liguera.
Comenzado el verano, se produjo la renuncia de Llull a la propuesta de los Rockets para emprender el sueño NBA, tras lo que se incorporó a una selección española que contra pronóstico, y merced a un superlativo Pau Gasol, se alzó con su tercera medalla de oro en un Eurobasket (tercera también para el mahonés en la cita), continuando a las celebraciones la todavía caliente victoria en la Intercontinental disputada en Sao Paulo frente al Baurú, de la que el mahonés fue MVP.
Felipe Reyes, Sergio Rodríguez y Rudy acompañan al mahonés como los únicos jugadores de la historia capaces de hacerse con seis títulos en una misma temporada, si bien Llull se sitúa un peldaño por encima en virtud de las tres distinciones de MVP que se ha embolsado en ese recorrido.
Lo más similar que el basket ha contemplado nos remonta a los años 90 y a la mítica Jugoplastika. En plena tiranía del baloncesto yugoslavo, el equipo de Split ganó liga, copa y Copa de Europa (ahora Euroliga, no jugó Supercopa y en lugar de la Intercontinental afrontó el Open McDonalds) en 1990 y 91, mientras que la selección plavi fue campeona mundial en 1990 y de Europa en el 91. Toni Kukoc, Velimir Perasovic y Zoran Savic fueron protagonistas en ambas temporadas, mientras que Zoran Sretenovic estuvo presente en el pleno del 91. Mitos cuya gesta ha emulado y en parte superado el mejor deportista menorquín de la historia. Sergio Llull, el coleccionista de títulos.
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