Futuro en el aire. Berrocal, tras concluir su etapa en el Panathinaikos, no descarta seguir en el extranjero

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Josep Maria Berrocal sigue encandilado por la Isla. El entrenador que obró el último ascenso –no materializado en los despachos– del desaparecido Menorca Bàsquet, se deja ver en nuestra Roqueta a cada ocasión que se presta, como la presente, tras concluir sus responsabilidades laborales en el poderoso Panathinaikos griego. Topamos con él paseando por Maó, mientras disfruta de sus vacaciones veraniegas junto a su pareja, lo cual se distingue como una excelente ocasión para hablar con quien no deja de sobresalir como un segmento de la historia más reciente y exuberante del basket insular.

«Menorca es una maravilla, y aquí se vive de lujo. Ojalá pudiera volver, pero ahora, sin baloncesto profesional, está complicado», expone Berrocal, que viene de una temporada en la que el club ateniense del trébol perdió la final de la A1 Ethniki –liga griega– ante el odiado Olympiacos y se alzó la Copa. El futuro ahora es incierto, admite Berrocal, tras ejercer de asistente de Dusko Ivanovic en su ciclo heleno –ya trabajó con el montenegrino al paso de este por el Barcelona, al que ahora remplaza en Atenas el legendario Alekxander Djordjevic.

«No sé que haré la próxima temporada», relata Berrocal, que no descarta proseguir su trayecto en el extranjero. «Si quieres entrenar, tienes que estar dispuesto a moverte, pues en España ahora las cosas están complicadas», valora el entrenador catalán, que gustaría de fijar de nuevo su residencia en nuestra Isla.


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