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El Real Madrid igualó la final de la Liga Endesa después de imponerse este sábado (87-78) en el segundo partido de la serie por el título ante el FC Barcelona, disputado de nuevo en el Palacio de los Deportes, un encuentro en el que los de Xavi Pascual fueron de menos a más pero no lograron hacer dudar a un conjunto blanco herido en su orgullo y que saltó desde el inicio a por la victoria.   Una nueva película muy distinta fue la que se vivió este sábado. El Barça bajó muchos enteros, Tomic y Nachbar (estelares el jueves) no existieron, y solo el miedo infundido en el primer partido pareció hacer dudar a los blancos, que aún así dominaron el marcador todo el partido. Los de Pablo Laso, sentado siempre por la lesión en el tendón de Aquiles que sufrió el jueves y por la que será operado este domingo, no tuvieron su mejor día, pero fue suficiente.

Y es que el cuadro azulgrana se peleó con el aro durante la primera mitad y, aunque en la segunda entraron en caliente, los madridistas no vacilaron. Las ganas de resarcirse en unos y la relajación en otros dejó un inicio muy errático, en el que aún así los blancos comenzaban a distanciarse. La defensa de los de Laso impedía el juego interior de los azulgranas, con Tomic además en dos faltas muy pronto, y el tiro exterior visitante dejaba mucho que desear.

El buen comienzo de los locales marcó una primera mitad en la que destacó un Mejri (8 puntos y 6 rebotes al descanso) dispuesto a ser actor principal en la segunda noche por el título. El Barça mejoraba en defensa pero seguía muy desacertado en el tiro y sin presencia en el rebote, con lo que un Sada dispuesto también a ser importante y Navarro, un día más, mantenían a los visitantes en el marcador al descanso (40-30).

De nuevo, en el inicio de la segunda mitad, fue el Madrid el que arrancó más enchufado y, con unos minutos desatados de Rudy, se distanció en el marcador de manera sensible (54-39). Sin embargo, los de Laso seguían con las dudas que asoman en el tramo final de la temporada, y tras un parcial arrollador, el Barça devolvió la moneda y se metió de nuevo en la pelea poniéndose a siete puntos antes del último cuarto (58-51).

La falta de eficacia, en ambos equipos, dio un vuelco en el último cuarto, pero en esa guerra el Madrid demostró estar más preparado a pesar de lo ocurrido en el primer envite. Carrol y Sergio Rodríguez intercambiaron triples con Oleson y el regreso a pista de Rudy, que se retiró tocado del tobillo tras exhibirse en el tercer cuarto, terminó con la resistencia visitante para dejar la victoria en Madrid y viajar a Barcelona con la final empatada y abierta.