Un éxito que destaca como la cumbre de un prolongado periodo de esfuerzo y dedicación, pero que también debiera trascender, según ansía nuestra protagonista, de antesala de una densa trayectoria en el marco de los deportes de resistencia, lo cual inexorablemente depende, entre otros factores, de la ayuda y respaldo que en adelante «pueda conseguir», indica nuestra protagonista.
«Empecé a correr hará unos nueve años y llevo desde los últimos cinco en las pruebas de ultra resistencia», evoca Eva en relación a los orígenes de lo que actualmente significa un modo de vida. Y un punto de partida que, paradójicamente, encontró «en los malos hábitos, en un tipo de vida poco saludable», desliza. «Quería dejar atrás muchas cosas, fui a Barcelona, en 2008 con 29 años de edad, y empecé a trabajar en un gimnasio en Argentona, en la Costa Brava, donde existe mucha vida deportiva; me vieron en el gimnasio, el que después fue mi jefe, y me propuso entrar en un proyecto», abunda la ‘ultra runner' menorquina. A partir de ahí, una sucesión de acontecimientos que desembocaron en su radiante presente.
«Me saqué la titulación de spinning, lo que te ayuda a incrementar el conocimiento de tu propio cuerpo; en 2013 volví a Menorca y empecé a correr. Me enganché a la media maratón, luego pasé al maratón y un par de años después, empecé con el Camí de Cavalls y las pruebas de ultra trail», revisa la flamante campeona balear, para la que 2018 fue otro punto de inflexión, en virtud del segundo lugar que alcanzó en la carrera que alberga la legendaria senda insular (27:31:09, su crono entonces).
«No quiero quitar mérito a nadie, pero cuando se empezaron a registrar buenas marcas fue a partir de esa edición». Para 2019 devino «mi mejor vuelta de siempre», detalla. «Acudí con la intención de mejorar mi marca anterior, y la rebajé en dos horas (25:32:51), hice tercera absoluta… la verdad, fue un punto de satisfacción personal, pero también me sirvió para tomar conciencia de que los deportistas de larga distancia necesitamos un soporte, un respaldo, y en ese sentido, tengo suerte de mi pareja, siempre está ahí».
Puesto que, insiste Orives, «detrás de cada victoria, del título balear, por ejemplo, que supone un gran reconocimiento, hay un gran trabajo, pero los resultados serían aún mejores si alguien me asesorase, de poder trabajar en un centro de alto rendimiento, tener un patrocinador que creyera en mí… puesto que también se trata de dar visibilidad a este mundo, no solo por mí, sino también por las que vienen detrás».
Y es que a la par que recuerda el rigor y la exigencia de su día a día, Eva Orives desea romper una lanza, más allá del paradigma puntual que ella representa, en pro de la incursión de la mujer en el universo de la ultra distancia.
«No soy feminista, pero sí quiero igualdad, y por ejemplo, en Eivissa se concede mucha más visibilidad a la mujer. Me gustaría eso, empezar a dar presencia a la mujer, intentar que lo que hacemos no pase desapercibido… así, en el futuro, cada vez habrá más mujeres que corran larga distancia», analiza la atleta. Y profundiza, va más allá. «La educación base es fundamental, debemos inculcar a los niños, desde que nacen, que hombres y mujeres somos iguales, sin distinciones, y cada cual puede hacer el deporte que más le atraiga».
Rutina
Aparcamos la vertiente más reivindicativa de Eva Orives y exploramos su rutina diaria. No en vano, competir y brillar en eventos como el Trail Camí de Cavalls, la Ultra Mallorca Serra de Tramuntana o el Ultra Ibiza, reconocidas por su dureza y competencia a nivel internacional, reclama una hoja de ruta intensa e inalterable. «Además de correr hago entrenamientos cruzados (refiere a la actividad física paralela a la modalidad deportiva propia para seguir mejorando el rendimiento), no me interesa el deporte televisado, cuando no corro o entreno sí veo otras carreras. La verdad es que lo hago todo para disfrutar, el día que no disfrute, lo dejo, pero tengo muchas ganas de tirar para adelante, de que esta lucha me siga llenando como hasta ahora. Entreno a diario, es una forma de vivir. Antes lo combinaba con mi trabajo de temporada… lluvia, viento, frío… da igual, siempre hay que tirar, que seguir, y también curte entrenar así, pues luego, cuando te ocurre el día de la carrera, ya te has adaptado. Y tengo ese punto de locura que, dadas las circunstancias, lo veo como una cualidad».
Y otro aspecto que desea poner de relieve nuestra protagonista es el buen ambiente que predomina en su gremio. «En Menorca, en el ambiente de montaña, no nos vemos como rivales unos a otros, hay buen ambiente, divertido. Siempre existe la tensión habitual antes de una prueba, pero prevalece el compañerismo», subraya.
Asimismo, Orives se jacta que a lo largo del último par de lustros, en la Isla, también a raíz de ese ámbito de cordialidad al que alude, donde antes se advertía un ‘solar' aflora ahora «una buena cantera, pero que debemos cuidar, también en lo económico; antes, la gente no sabía lo que era el trail, ahora sí, y cada vez hay más gente que lo practica, que tiene querencia por las pruebas de resistencia».
Y para concluir, la reciente campeona balear de ultramaratón reitera en la necesidad de contar con un «respaldo» económico. «Sí, de contar con un patrocinador que quiera ayudarme, todo sería más sencillo, y para mí, poder vivir de esto sería lo máximo», explica. «Antes, con el proyecto Ona del Consell, tenía derecho a unos 500 euros de ayuda, pero tras la pandemia, nada. Y lo cierto es que el deporte es una materia en expansión, existen ganas… pero claro, necesitamos algún tipo de soporte», sentencia Eva Orives Gómez. Campeona y precursora. Y reivindicativa.
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