Raül Riudavets, durante un instante de la última Trail Camí de Cavalls | D.A.

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Escalar el Everest es el próximo reto del incombustible runner menorquín –también aventurero– Raül Riudavets. En el marco de la Everest Trail Race 2016, carrera a pie por etapas a iniciar el 8 de noviembre próximo con una duración de seis días y seis noches, Riudavets, integrando el Compressport Team junto a su inseparable compañero de fatigas, el mallorquín Miquel Capó, y el escocés Cassey Morgan, deberá cubrir un recorrido de 160 kilómetros y un desnivel acumulado, negativo y positivo, por sobre los 29.000 metros, para alcanzar una altitud de 4.900 metros –la mitad de lo que eleva el pico más alto del mundo–, cota en que se fijará la meta.

Un desafío en toda regla que asumirá además el corredor menorquín, según prescribe el reglamento de la prueba, con la carga de su equipo personal y material obligatorio –si bien, la alimentación y el avituallamiento corre por cuenta de la organización. En total, medio centenar de runners provenientes de diversos enclaves de la geografía internacional tomarán parte en tan selecto y exigente reto. El frío –el descenso de temperatura a la noche oscila entre -10 y -15º bajo cero– y el mal de altura, junto al desnivel, son los aspectos que «más preocupan» a Riudavets, más allá de los imponderables propios a una competición de esta envergadura.

«Lo ideal sería ir allí un mes antes; aclimatarse y adaptar el cuerpo al nuevo hábitat, pero no me es posible, por lo que espero dar una buena respuesta en una situación que será totalmente nueva para mí», analiza Riudavets, cuya experiencia más pareja, por pretender una similitud, «resultaría el Ultra Trail Mont Blanc» que emprendió y completó en septiembre de 2014.

Sí empero, y al igual que entonces o en el ingente caudal de precedentes que ya acumula en su trayecto el runner local, el objetivo «es terminar la prueba y tratar de disfrutarla el máximo», expone Riudavets, agradecido con su familia, «pues sin su apoyo, sería imposible afrontar retos así», y con la firma que da nombre a su equipo, «Compressport, por darme esta oportunidad. Me defino más como aventurero que como runner, y para mí es un privilegio poder estar en una prueba así». «Hemos entrenado cuerpo y mente durante estos meses, pero tenemos claro que deberemos superar nuestros propios límites».

Aunque no todo será acumular sufrimiento. En contrapartida a la dureza del evento, Riudavets y el ramillete de runners en liza disfrutarán de la incomparable fotografía que regala escalar en la montaña más elevada del planeta, rodeada por el Lhotse, Ama Dablam, Tamserku, Kangtega o el Makalu, picos que serán también silenciosos protagonistas de la expedición.

Riudavets marcha desde Barcelona el 6-N y ha previsto llegar a Katmandú, capital del Nepal, un día después. El 8 de noviembre empezará la prueba. Desafío Everest, el nuevo reto del incombustible Raül Riudavets.