Bosch. El gerente de Elite Chip abraza a Coll, ganador de la Trail CdC - TMCdc

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Guillem Bosch ve en el Camí de Cavalls mucho más que 185 kilómetros. Palpa en cada una de sus pisadas el futuro del turismo, lejos del pasivo sol y playa que abunda en verano, y confía en transformar a Menorca en una marca deportiva, un generador de experiencias vitales que atraiga a un importante número de personas en aquellos meses en los que el verano o todavía está por llegar o se resiste a dejar paso al otoño. Promotor de la Trail Camí de Cavalls y de la vuelta a la isla en bicicleta, arriesga en estas pruebas aunque confía en recuperar lo que ha invertido.

¿Cómo valora las dos pruebas que se han celebrado en el Camí de Cavalls?
Muy buena. Ha habido dificultades, como el mal tiempo en la Trail, pero a nivel organizativo ha ido bien y la gente ha quedado fascinada con el trazado y el trato recibido. Hemos conseguido el objetivo que era atraer más participantes que el año pasado, que se sintieran satisfechos y que al volver a sus casas recomienden estas carreras a sus amigos, la mejor publicidad posible. En quince días ha habido 400 personas compitiendo en el camino, unas 280 a pie y 120 en bicicleta.

¿Ha salido todo como esperaban?
Lo más importante sí, aunque ha habido problemas logísticos porque coordinar 15 puntos de avituallamiento no es fácil. Siempre haces unas predicciones de cuándo tienes que abrir un punto u otro pero si el corredor se adelanta tienes que ir corrigiéndolo sobre la marcha, como nos pasó con Mia Carol, y hay nervios.

Lo que más importa ha rozado la perfección, la entrega de dorsales, el inicio puntual de la carrera, la atención y la puntualidad en la ceremonia de clausura. Lo otro son pequeños detalles a mejorar.

¿Qué fue lo más duro?
Me quedará grabado para siempre la noche del viernes al sábado en la Trail. Era el máximo responsable y tenía 40 personas en carrera, algunas en el sur con un temporal fuerte y la información hablaba de síntomas de hipotermia. Era difícil reaccionar y la cabeza no dejaba de dar vueltas planteándome incluso la opción de terminar la carrera si iba a más, aunque nunca llegó a peligrar. Los partes meteorológicos hablaban de mejoras a partir de las 11 de la mañana y todo se vio distinto, incluso yo hacía mejor cara. Nunca me había encontrado una situación tan dura a nivel organizativo porque había que tomar decisiones y los minutos iban pasando. No me planteé seriamente cerrar la carrera pero tenía que adelantarme a las necesidades, ir dos pasos por delante de lo que estaba pasando. Por ejemplo, Mia nos decía que el mar le golpeaba en Cap d'Artrutx, pensaba que si una ola se llevaba a un corredor sería un desastre, y sólo eran las seis de la mañana.

¿Y lo mejor?
La gente se ha ido con la sensación de que Menorca es espectacular. Han hablado maravillas del paisaje y de la ruta. Hemos conseguido que los participantes vieran que lo que se ha encontrado es completamente distinto a lo que hay en su día a día.

Si pudiera volver atrás, ¿qué cambiaría de estas dos carreras?
Cambiaría la salida de la Trail y la pondría en la Plaça des Pins, donde estará el año que viene. Es lo único. La llegada en una piscina descubierta fue un acierto, así como la entrega de trofeos en el polideportivo... Estoy muy satisfecho con la estructura de la prueba.

¿Qué aceptación han tenido estas pruebas en la calle? ¿Cómo lo valora la gente?
Es similar a lo que viví en la primera edición de la Extreme Man. El primer año pasó desapercibida y contó con algunas quejas de personas que no veían bien que bloqueásemos la carretera o el paseo marítimo de Fornells y este año nos agradecen que sigamos montando estas pruebas porque en el fondo todos nos beneficiamos. Esto se está consiguiendo con el Trail Menorca Camí de Cavalls y con la prueba de bicicletas, en una medida menor. Mucha gente se desplazó a puntos de paso para ver de cerca la prueba.

¿Cuáles son las principales trabas que se encuentran al organizar estas pruebas?
El primer punto es el de conseguir autorizaciones y permisos, algo muy complejo hoy en día porque hay muchas entidades a las que debes acudir por separado.

Lo ideal sería que estuvieran más unificadas las tareas o que al presentar una solicitud automáticamente se activasen todos los mecanismos para que llegara a buen puerto. Se debería simplificar mucho más. No es una crítica porque después todo se arregla. Este obstáculo es complejo pero se supera con trabajo. La otra dificultad es la que reside en invertir en estas pruebas porque creemos al máximo en este tipo de producto y lo debemos promocionar. El problema es que así solamente aguantaremos unos años, los grandes touroperadores deben valorar este producto. Mi obsesión ahora mismo es hacer ver lo importante que puede ser un turismo deportivo en Menorca.

¿A día de hoy estas dos carreras son rentables?
Todavía tienen déficit pero se supone que serán rentables. Hemos corrido un riesgo y a lo mejor lo superamos y obtenemos beneficio... El Trail Menorca Camí de Cavalls soportó el primer año más de 20.000 euros de déficit, y la carrera de bicicletas igual. Este año intentaremos cuadrar a cero el coste si optamos a la línea de ayuda pública que ha surgido para promocionar marca, donde creo que somos el estandarte de este tipo de pruebas. El año que viene, con el rebote de las dos primeras ediciones, suponemos que empezaremos a recuperar la inversión. En la Extreme Man ha pasado algo similar y no fue hasta el tercer año cuando hubo beneficios. Y eso que no facturo mi profesión ni la infraestructura y logística que aporto a la prueba.

¿Habrá tercera edición de la trail y de la carrera en MTB?
Sí porque me he propuesto no arrojar la toalla y porque afortunadamente tengo la estructura suficiente para montarlas con un coste mínimo. A corto y medio plazo no desaparecerán porque la estructura de otros años ya está y se recortan ciertas partidas para que prácticamente sean autosuficientes. Si me dan un millón de euros organizo la mejor carrera trail del mundo pero hay que ser realistas, ser consciente de qué recursos dispondrás e invertirlos de la forma más eficiente posible, sin fallar en el trato del participante, que es el que menos tiene que notar los recortes.

¿Qué le falta a estas pruebas para ser un referente y tener 500 participantes?
Que sea fácil llegar a Menorca. No puede ser que viajar desde el País Vasco con una bicicleta cueste tanto o más que la inscripción. No tiene sentido. La gente está encantada con venir porque Menorca es atractiva más allá del sol y playa pero los precios para volar hasta aquí echan para atrás. El crecimiento que hemos vivido en Menorca con este tipo de pruebas a pesar de la crisis demuestra que hay mucho interés pero el precio para mucha gente. Es importante apostar por el turismo deportivo, vender una experiencia. Falta que, además de los políticos, las empresas vean el potencial que tiene todo esto más allá de la retribución a corto plazo.