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Despachos de abogados de Palma están recibiendo un aluvión de consultas de inquilinos que son desahuciados de sus habitaciones de alquiler. El letrado Fernando Merino advierte que «tengo casos de personas a los que les quieren desahuciar de la habitación por la que están pagando 400 euros la mes. No tienen contrato de alquiler y siempre han tenido que entregar el dinero en mano». El inicio de temporada turística anima a subir aún más los precios. Al carecer de contrato «les impiden empadronarse y se aprovechan de inmigrantes sin papeles que no pueden iniciar los trámites para legalizar su situación».

El presidente del Colegio de Agentes Inmobiliarios (APIS) de Balears, José Miguel Artieda, confirma esta situación: «Se están haciendo contratos perversos y la mayoría de los que lo sufren son sin papeles».

Artieda lanza una advertencia: «No hay control si no hay sanción. Aquí el mercado está descontrolado y el ciudadano de a pie juega a esto. El otro día vi el caso de un señor que tiene un piso alquilado po 700 euros. Ha subarrendado las cuatro habitaciones a 500 euros y él alquila otro piso que no le cuesta nada». El presidente de los APIs señala que esta actividad que considera que «no es ética, está haciendo ganar mucho dinero a ciertas personas».

Ángela Pons, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), atendía en los orígenes de la entidad a personas que no podían pagar sus préstamos. Después explotó el encarecimiento del alquiler. Ahora la situación ha mutado hacia los que rentan una habitación.

«Si pueden sacar más dinero, lo sacan. El problema es que no hay contrato. Hay personas que son insolidarias y en los pisos pateras se explota a los inquilinos. Estos abusos son constantes», dice Pons. Y todo esto ocurre en ocasiones de espaldas al propietario de la vivienda: «Hay inquilinos que subarriendan sin que lo sepa el dueño de la vivienda. Entonces, cuando sabe lo que está ocurriendo en su piso es cuando se produce el lanzamiento. El problema es que a veces hay familias con niños afectadas». El piso patera «donde los africanos fueron precursores» se ha extendido ahora como forma de negocio y afecta a todo el mundo.