La venta de vivienda se reactivó ligeramente en 2024 y el Govern logró mejorar sus ingresos por esta vía. La mejora fue imperceptible, de apenas 20 millones, pero sirvió para romper con la línea de desplome del año anterior. | R.L.

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Baleares cerró el año pasado con la mayor recaudación fiscal de su historia y unos ingresos en las arcas del Govern que se acercaron a los 4.500 millones de euros. Dicho de otra manera, también podría contarse que los ciudadanos de las Islas pagaron más dinero en impuestos que nunca en un año de rebajas fiscales promovidas por el Ejecutivo autonómico.

Las dos versiones son ciertas: se recaudó más que nunca, es decir, los ciudadanos pagaron más que nunca, porque la economía de Balears va disparada y alcanzó niveles de crecimiento muy superiores a los de años precedentes. El Govern cree que estos resultados avalan que se puede seguir aplicando una política fiscal a la baja.

La Hacienda autonómica cerró el año con 808 millones más que el año pasado básicamente gracias a que el comportamiento de la economía en 2022 fue mucho mejor de lo que calculó el Gobierno central. Ese año, Madrid hizo una estimación muy a la baja del dinero que entregó al Govern y dos años después, al hacer la liquidación definitiva, tuvo que añadir recursos adicionales del Gobierno muy por encima del cálculo inicial. Esa es la explicación a que solo en IRPF se ingresara más de un 40 % por encima de lo previsto.

Las dos grandes vías de ingresos de Baleares no son de gestión autonómica, aunque el Govern puede introducir cambios en el IRPF. En los que sí los son, como el impuesto de Sucesiones, lo que se produjo fue un descenso en la recaudación derivado de los cambios, y la supresión en algunas casos, que se aprobó en el primer año de Prohens.

Hacienda perdió casi 60 millones de euros por esta vía, la única en la que hay descensos, junto con el impuesto de depósitos bancarios. Todos los demás aumentan la recaudación, incluido el de transmisiones patrimoniales. Este impuesto es el que se paga en las transacciones inmobiliarias y en el año 2023 se contrajo enormemente por la congelación inmobiliaria que provocó la subida de los tipos de interés. En 2023, la recaudación cayó en casi 200 millones de euros pero el año pasado creció en 20 millones y llegó a los 656,66 millones. Se debió a la reactivación inmobiliaria que comenzó a verse en 2024 gracias a la caída de los tipos de interés.

El Govern saca pecho con estos datos y cree con confirman su teoría de que la bajada de determinados impuestos provoca a su vez un incremento en otros porque los ciudadanos tienen más dinero en los bolsillos y eso activa el consumo. El vicepresident del Govern, Antoni Costa, sostiene que las cifras demuestran que, cuando hay un fuerte impulso de la actividad económica, «se pueden bajar impuestos, se puede aumentar el gasto social y se pueden sanear las cuentas públicas».