Ali Khouch, durante una de las sesiones del juicio celebrado el pasado mes de enero en la Audiencia Provincial de Palma. | Jaume Morey

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La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a prisión permanente revisable, la primera en la historia de Balears, a Ali Khouch, el hombre que mató a su mujer embarazada y al hijo de ambos de siete años de edad el 16 de mayo de 2021 en sa Pobla. La magistrada concreta así la pena de cárcel, después de que el tribunal popular emitiera un veredicto de culpabilidad, tras dos días y medio de deliberación, el viernes después del juicio celebrado durante el pasado mes de enero.

La presidenta del tribunal, Samantha Romero, fija el mínimo de cumplimiento en 22 años de cárcel, sin que el asesino pueda acceder a la suspensión de la ejecución de la pena hasta que haya extinguido 30 años de prisión.

El fallo, al que ha tenido acceso este diario, impone al acusado, asistido por Miguel Ángel Ordinas, 25 años de prisión por acabar con la vida de su mujer con los agravantes de parentesco y discriminación por razón de género y por el delito de aborto, donde también concurre el mismo agravante de parentesco. Por el asesinato del menor se le condena a prisión permanente revisable. El castigo no acaba aquí, ya que también se le imponen seis meses de cárcel por el delito de maltrato habitual. El enjuiciado deberá abonar casi 800.000 euros a los familiares de la mujer asesinada, Warda Ouchene, que fueron representados por el abogado Pablo Juanico.

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Los hechos se remontan a las 23.00 horas del 16 de mayo de 2021. Ali Khouch, de 39 años y origen marroquí, inició una discusión con su mujer, Warda Ouchene, de 28 y la misma nacionalidad, en el domicilio familiar situado en la calle Santa Catalina Thomàs. El agresor cogió un cincel de 33 centímetros y golpeó en la parte posterior de la cabeza a su pareja, que estaba embarazada de 21 semanas. Al ver que seguía con vida forcejeó con ella y la cogió del cuello para estrangularla hasta matarla, causando también la muerte al feto.

A continuación se dirigió a su hijo de siete años, que había presenciado la agresión a su madre, y también lo asfixió. Ali Khouch cerró la puerta con llave y se fue a Palma en coche. Al día siguiente por la tarde llamó a la Guardia Civil para confesar los crímenes y entregarse en el Portitxol. Después del doble crimen, el hombre se marchó de sa Pobla a Palma. El día siguiente telefoneó a los familiares de la mujer para avisarle de que estaba muerte en la vivienda que compartían. Poco después llamó a la Guardia Civil para confesar los hechos.

Durante el juicio popular, celebrado en la Audiencia de Palma, diversos testimonios corroboraron el infierno vivido en casa por la mujer asesinada. «Warda no podía decir nada en casa, si decía algo él le pegaba», explicó el padre de la víctima ante el tribunal. Varios facultativos apuntaron durante la vista que Ali Khouch tuvo cinco intentos de suicidio los años previos al doble crimen, mientras que los peritos relataron que no pudieron determinar si el asesino había consumido drogas el día del trágico suceso.