El dueño de la taquilla vivió el episodio con angustia y se vio afectado psicológicamente. La empresa aplicó un protocolo anti acoso y optó por despedir al supuesto bromista. El asunto terminó en los tribunales que avalan la sanción disciplinaria máxima: «La ofensa era susceptible de alterar y alteró la convivencia en el seno de la empresa. Además, la conducta es clara y gravemente humillante y vejatoria y merece, a juicio de la Sala, la sanción impuesta».
Tras la aparición del cuchillo en la taquilla la empresa inició una investigación junto al comité para intentar localizar al autor. El trabajador que lo había hecho llamó por teléfono a la víctima para pedirle disculpas y justificar que se trataba de una broma. Sin embargo, el expediente disciplinario avanzó y detonó el despido apenas dos meses después del incidente. La sentencia del juzgado de lo Social que confirma ahora el TSJIB valora que el afectado es una «persona de carácter sensible y empática que huye de los conflictos y que resultó muy afectado por la amplia difusión entre el colectivo de trabajadores de la empresa de lo sucedido en su taquilla».
El juzgado encargado del asunto concluyó: «El acto de clavar con un cuchillo en la taquilla una nota con la obscena expresión posee, objetivamente, un marcado carácter amenazante. Trasmite presencia de una voluntad marcadamente hostil y potencialmente dañina». También valora que supone un atentado a la dignidad personal del destinatario agravado porque la taquilla estaba a la entrada del vestuario, lo que ayudó a que lo viera el resto de la plantilla.
El trabajador despedido alegaba que en la empresa eran comunes y toleradas ciertas bromas pesadas como soldar la taquilla a compañeros, atar con cadenas las ruedas del coche o poner laxantes en la comida y bebida de otros trabajadores. Planteaba que, ante tales prácticas, el comportamiento del empleado despedido no era tan grave como para merecer el despido, más aún cuando se trataba de un trabajador sin sanciones previas. El TSJIB descarta esa alegación, en primer lugar por la falta de pruebas de esa cultura de la broma pesada y, en segundo lugar porque considera que fue un comportamiento humillante sin excusa.
19 comentarios
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Josefa Llucdamerda, és que això no són "bromes", és putejar per riure's de s'altre per morbositat personal. A una broma es riuen tots, no uns a costa de s'altre fent-li passar malament. Aquestes merdes s'han d'aturar d'arrel, i sa primera en fer-ho ha de ser l'empresa, no tolerant maltractar al personal per altres insensibles.
Se le han sacado las ganas de gastar bromas al señor!!
@Cock&Roi, en aquest cas l'empresa a actuat tal i com tocaria en tots aquests casos, ojala totes fosin aixi, un tiparraco capaç de fer això se pot pasar una vegada i sempre que no sigui un tema greu, pero un com aquet o un repeticio a una emperesa meeva no toirnaria a entrar mai mes
@Ivan s'ho faci mirar, perque vaja ca ga da que amolla, i jo de voste hem preocuparia per el que diu, perque si tingues rao que els jutges no tenien empatia igual es veuria davant ells. LO seu es curtor, per sort els jutjes no necesiten tenir ni empatia ni altres herben simplement paliquen la llei i sap una cosa? en cas de dubte els jutges afavoreixen al mes debel de qualsevol litigi, si no es pot determinar la culpabilitat, i en aquest cas si esta molt clara excepte per tutups sensa res al cervell
Ivan, que ets el bromista de s'empresutxa ??? ... hahahaha , aaaauuuuuu, tira! beneit !!!!
A sa feina s'ha de ser seriós i estrictament complidor amb ses normatives laborals. Vols bromes?... idò les fas al teu temps lliure i a sa teva gent, no a companys de feina, tarat !!!
Ivan"Antes de P y B ... M pondré" !!!!! PD: DE NADA !!!
Además, seguro que el "bromista" es del típico perfil que no soporta bromas jajjaja este tipo de gente es así: yo puedo hacerte una pesada, pero como me hagas a mí una te la cargas. Sinceramente, es muy fuerte que te despidan por eso (y quizás, según la edad que tengas, te hunden), pero NO se puede tolerar este tipo de comportamientos. ¡Ya sabían ya a quién hacérselo!(dice la sentencia que la víctima era de un perfil psicológico sensible. ¡¡No se lo harán a uno que puede devolvérsela, no!! )
Imagino que a la empresa tampoco le haría mucha gracia que le fueran agujereando las taquillas o se pusiera la gente a hacer el tonto con el soldador en el vestuario. Era cuestión de tiempo que la empresa cerrara el grifo de la paciencia.
Menuda empresa, deberían dar su nombre