Esta semana se han cumplido 18 años desde la aprobación de la Ley de dependencia que marcó un antes y un después para miles de familias en Baleares. Desde entonces hasta ahora ha habido muchos avances, pero aún queda camino por recorrer, especialmente para las personas discapacitadas más jóvenes. Conseguir un servicio de asistencia personal es el próximo reto en las Islas.
«La impresión que nos da es que la Ley de dependencia se creó para las personas mayores, no se pensó demasiado en las personas que tenían una discapacidad y poco a poco en estos años se han ido añadiendo políticas y cambios que han acabado afectándonos», reflexiona Alessandro Marinelli, presidente de Impulsa-Igualtat Federación de Personas con Discapacidad Física de Baleares.
La lucha y empeño de las personas con discapacidad ha conseguido que Baleares se convirtiera en 2017 en la primera comunidad autónoma en implantar el servicio de acompañamiento, hoy imprescindible para que muchas personas con discapacidades físicas puedan ir a trabajar, estudiar o realizar algunas actividades muy concretas. El problema es que en ese listado de actividades no se incluye el ocio o tiempo libre, cosa que limita enormemente su vida en comunidad provocando soledad no deseada.
Por eso desde la Federación de Personas con Discapacidad Física de Baleares reivindican que se implante también en las Islas el servicio de asistencia personal. «Permite que una persona con discapacidad con grandes limitaciones, cuando no está en casa, pueda relacionarse, tener objetivos vitales, llegar donde antes podía llegar y que pueda participar en una sociedad en igualdad de condiciones», dice Alessandro Marinelli, presidente de Impulsa-Igualdad Federación de Personas con discapacidad Física de Baleares.
Aunque ahora mismo Aspaib Baleares presta un servicio de acompañamiento pagado por el Govern, muchas personas que no trabajan o estudian no entran en el servicio de dependencia. «Estamos muy esperanzados de que con el gobierno actual puedan llegar a desarrollarse políticas reales y que se busquen ideas de financiación que permitan implantar modelos como el de Castilla León o el de la Comunidad Valenciana que son territorios que sí financian la asistencia personal real para las personas con discapacidad física dotadas por la ley de dependencia», añade Marinelli. «Cuando se implantó el servicio de acompañamiento comenzaban a explorarse las vías de asistencia personal en España y creíamos que era una buena manera de empezar pero ahora apelamos a una asistencia personal real, ajustada a las necesidades reales de las personas con discapacidad», concluye.
Lorena Pérez Collado (Palma, 1996) nació con una parálisis cerebral mixta que le limita la movilidad y el habla. Estudia Bachillerato humanístico a distancia con la ayuda de Elena Birdonau, su acompañante personal, que suple sus dificultades motoras al teclado.
«Para mi el papel del asistente personal es muy importante. A mi Elena me ayuda en todo, a estudiar y a hacer deporte cada día, pero también si algún día voy al cine. Me ayuda no solo físicamente sino también animicamente. Hace mis días más bonitos. El problema es que en otras comunidades tienen ayuda 40 horas a la semana cuando aquí solo tenemos 20 horas», reflexiona la estudiante.
Las personas dependientes de Baleares tienen la posibilidad de contratar a un acompañante y presentar las facturas o bien contratar el servicio a través de un centro o asociación. «Entendemos que a lo mejor no es posible financiar un asistente las 24 horas del día pero la Comunidad Valenciana financia hasta 2.000 euros», dice el presidente de Impulsa Igualtat, firme partidario de fomentar la autonomía de las personas capacitadas mediante esta y otras ayudas.
«Si una persona con discapacidad con grandes limitaciones puede vivir en su casa supone un beneficio no solo para ella sino para toda la comunidad. Puede participar de la sociedad en igualdad de condiciones, no ocupa una plaza de residencia y con ello bajan los casos de hospitalización y su duración. La soledad no deseada tiene un coste que muchas veces no vemos. Quienes la padecen sufren un deterioro de salud corporal y mental», sentencia Alessandro Marinelli.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.