Marga Prohens, este martes en el Parlament. | Jaume Morey

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El Govern y el PP estallan contra Vox. La presidenta del Govern, Marga Prohens, ha pedido al partido de extrema derecha «respeto» hacia los más de 100.000 votantes del PP y ha asegurado de forma tajante que no aceptará «chantajes» del partido de Abascal. «No le permitiré chantajes ni que haga política con un error. El valor de la palabra dada es muy importante en política», ha contestado la presidenta a la portavoz de Vox, Manuela Cañadas, en un tenso pleno en el Parlament en el que la política de extrema derecha dejó en el aire su apoyo a los Presupuestos.

Previamente, el conseller de Turisme, Jaume Bauzà, había acusado a sus antiguos socios de actuar con «soberbia, orgullo y descortesía parlamentaria», después de que la Vox no permitiera la semana pasada que se hiciera una nueva votación para que el PP rectificara. «La semana pasada, yo mismo, defendí los acuerdos entre la primera y la tercer fuerza política. Hoy soy el mismo, pero, con la misma rotundidad y contundencia, digo que es una injusticia o una lástima que la soberbia, el orgullo y la descortesía parlamentaria no permitió una rectificación en el primer momento», ha asegurado.

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El pleno ha servido para poner en evidencia el choque que existe en estos momentos entre las dos formaciones que han sido socias hasta este verano. «Orgullo, soberbia y descortesía parlamentaria es creer que pueden engañar a Vox y tener unos presupuestos», le ha contestó la diputada de Vox. Cañadas ha criticado a Prohens por su anuncio de que el PP que aprobará un decreto ley para dar marcha atrás a la enmiendas de Vox que votó el PP por error en el pasado pleno.

Ha lamentado que el PP esté decidido a mantener «las leyes de la izquierda» en relación de la exigencia del catalán en la función pública y en la educación. «¿Cómo justifica que el PP rechace las medidas que ustedes impulsaron?», le ha preguntado Cañadas a Prohens en relación con las medidas aprobadas en su día por José Ramón Bauzá. «Este error es su acierto», dijo al PP. "¡Qué animalada", le ha replicado el portavoz del PP, Sebastià Sagreras.

La presidenta le ha contestado que el PP ha rectificado con respecto a un presidente «que dejó de escuchar a la calle y a los alcaldes» y ha dicho que esa es una de las razones por las que el PP pasó de tener mayoría absoluta a estar en la oposición. «Corregimos los errores», ha dicho. La presidenta ha añadido que «lo que no quiere la calle» es la confrontación lingüística. «Los de izquierdas serían los primeros en aplaudir que repitamos aquella manera de gobernar». La libertad no nos da miedo, pero aquí tenemos dos lenguas y e eso está la mayoría social de esta tierra.