Imagen de archivo del último examen de Selectividad el pasado mes de junio, en Ibiza. | Mellon

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El examen de Llengua Catalana i Literatura de la nueva Selectividad que se pondrá en práctica en 2025 será mucho más sencillo que el de Lengua y Literatura Castellana y la diferencia va mucho más allá de las faltas de ortografía que, como ya se ha dicho, penalizarán el doble en Castellano.

La Universitat de les Illes Balears (UIB) ya dispone de toda la información sobre cómo afrontar cada materia para que los profesores, a quien la Comissió Organitzadora de las Proves d’Accés a la Universitat (PAU) les explicó los cambios la semana pasada, puedan consultarla.

La sorpresa llega con la comparativa. Ambos exámenes se plantean con tres bloques de contenidos. El primero, que vale cuatro puntos, es un comentario de texto en ambos casos y es bastante similar.

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El segundo bloque del examen de Català trata de Sociolingüística y el alumno debe elegir una de las cuatro preguntas que se le plantearán para desarrollar, es una parte que depende de que el alumno memorice sus apuntes, aunque ni siquiera sería necesario que lo hiciera por completo. En Castellano, sin embargo, esta parte se dedica a la gramática que engloba sintaxis, morfología y léxico. Es una prueba mucho más competencial que memorística, tal y como dicta la nueva normativa de la Selectividad y para resolverla con éxito es necesario haber entendido la gramática explicada durante todo el curso. En ambos casos se puntúa con tres puntos.

El último bloque es literario pero la prueba también cambia considerablemente entre ambas asignaturas. En Llengua Catalana hay cuatro opciones que versan sobre literatura y debe elegirse una. En el ejemplo de la UIB se propone desde desarrollar el epígrafe L’escola Mallorquina: Joan Alcover i Miquel Costa i Llobera, a comentar las principales características de la obra de Irene Solà a partir de un fragmento de Canto jo i la muntanya balla. En Castellano se debe analizar el fragmento de una obra de las que se han estudiado en clase. Eso sí, hay que adivinar cuál es, quién es su autor, comentar los temas que aparecen en el texto así como las características del movimiento literario al que pertenece.

Por último está la diferencia de puntuación a causa de las faltas de ortografía. En ambos casos la penalización conllevará restar un máximo de dos puntos y no contará ni el primer error, ni tampoco si una misma falta se repite. Sin embargo, a partir del segundo error, en Lengua Castellana y Literatura al alumno se le restarán 0,25 puntos y en Llengua Catalana serán 0,125, la mitad.

El examen de Castellano sigue propuesta de la Selectividad del PP y los criterios son comunes en las autonomías en las que gobiernan los ‘populares’, mientras que el de Català, al no ser una materia común se ha flexibilizado mucho más. Si bien es cierto que la puntuación de las faltas se homogeneizará en 2026, falta saber qué sucederá con el resto de la prueba pues la idea era que con la nueva PAU los exámenes de las lenguas cooficiales fueran más similares.

El apunte

UIB: «La dificultad es relativa»

Explican desde la UIB que el modelo de examen de Llengua Catalana i Literatura es uno de los exámenes del curso pasado adaptado a las directrices de este curso mientras que el de Castellano es un ejemplo que se ha redactado nuevo. Advierten que ambos se ajustan a la normativa actual y que la dificultad «es relativa».