El balance de lo que llevamos de verano pasa por diez incendios y catorce vías de agua; con el resultado de seis hundimientos producidos entre mayo y agosto. | Redacción Digital

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Nos encontramos inmersos ante el verano de las llamas en el mar, o al menos, esa es la sensación que da leer, día sí día también, los rescates que se llevan a cabo en Baleares sobre embarcaciones hundidas tras un incendio incontrolable o una vía de agua imparable. Los datos confirman la sensación. Según el recuento de Salvamento Marítimo en las islas, en menos de tres meses, se han producido 24 incidentes relacionados con las llamas o la entrada de agua; en seis de esos incidentes, el barco descansa en el fondo del mar.

Una circunstancia que no es gratuita, sobre todo para el propietario de la embarcación, y que está regulado por ley, ya que «siempre que sea técnicamente posible el reflotamiento, el armador está obligado a responsabilizarse de la embarcación que se ha hundido», explica el jefe de Salvamento Marítimo en Baleares, José Ramon Crespí.

Esta embarcación se hundió en Cala Figuera este martes, a pesar de los esfuerzos de extinción.

Sólo este verano, los equipos de rescate de Salvamento Marítimo han actuado en catorce vías de agua y diez incendios; lo que deja un incidente cada cuatro días en la época estival balear. Ambos sucesos empatan en resultados: tres barcos hundidos tras calcinarse por un incendio fortuito y tres más por una grieta que acaba anegando la embarcación de forma insalvable; eso sí, ambas circunstancias fruto o bien de la inexperiencia de quien maneja la embarcación o de la falta de mantenimiento de la misma.

Sale muchísima gente a navegar, gente que no navega más que en verano, o que hace diez años que no navega, le falta actualizarse. Y luego el mantenimiento, que es vital. Los restos son la principal causa.

«En verano hay un grandísimo volumen de embarcaciones en nuestras aguas, chárters, particulares, expertos y aficionados; todo el mundo sale a navegar durante estos meses. Cada vez hay más embarcaciones, por negocio o por placer, y se producen más accidentes», explica Crespí. De hecho, el desconocimiento de muchos de los que alquilan o la falta de mantenimiento de esos barcos, son el principal motivo para que, en ellos, se produzcan incendios u otros accidentes que lleven al hundimiento. «Hay personas que sólo navegan durante el verano, otros que llevan más de diez años sin coger un barco a pesar de tener los conocimientos; hay que actualizarse y hay que cuidar el mantenimiento».

Este pesquero sufrió un incendio pero el equipo de Salvamento Marítimo logró enfriar el circuito de proa y remolcar la embarcación hasta Portocolom

¿Por qué hay tantos incendios?

El motivo principal para los fuegos que sobrevienen en mitad del mar «son los restos de aceite o combustible que pueden quedar si no se lleva el mantenimiento adecuado», dice el jefe de Salvamento Marítimo. Además, los incendios tienen lugar en las zonas que adquieren mayor temperatura o cuentan con electricidad como el motor o la llamada sala de máquinas. Esas altas temperaturas y los cortocircuitos o fallos eléctricos que puedan producirse, son letales para las embarcaciones de pequeña y mediana eslora; precisamente, la categoría que más se ha hundido en las islas en los últimos meses.

Las explosiones suponen otro riesgo en el mar, «se producen por la acumulación de gases inflamables dentro de un espacio cerrado, por eso siempre se recomienda abrir todo antes de encender el barco. Ventilar todas las partes, abrir los portillos e incluso la tapa de protección del motor antes de encender. Dejarlo respirar un rato. Es el mismo protocolo que debe hacerse si dormimos en una cala durante nuestro viaje», aclara Crespí. Sólo por llevar a cabo este pequeño ritual, se evita la acumulación de gases que, en marcha, puede suponer un gravísimo incidente.

Las columnas de humo que dejan los incendios son visibles a muchos kilómetros de distancia

Una vez que las llamas se han apoderado del barco, la actuación de Salvamento Marítimo es más complicada, si cabe. «Por ejemplo, si la embarcación es de fibra, una vez empieza un incendio, es imposible apagarlo; incluso se pueden ver las llamas bajo el agua cuando se está hundiendo. Si el casco es de acero, nos da algo más de tiempo para lograr extinguir las llamas a tiempo y evitar que se hunda», explica José Ramón.

Reaccionar en un caso de Emergencia

El jefe de Salvamento Marítimo enumera las acciones a llevar a cabo si se produce un incendio. En primer lugar, hay que aislarlo, cerrando el lugar en el que se produce de la mejor forma posible. Es importante utilizar las herramientas de extinción antes de cerrar los accesos. Una vez se ha logrado que no entre el aire, se debe localizar la embarcación salvavidas y lanzarse al agua a la espera del pertinente rescate. Eso sí, es imprescindible dar la alerta lo antes posible. «Es vital para poder localizar a los naufragados, en muchas ocasiones, se lanzan al agua y el móvil se moja y ya no tienen otras herramientas para realizar la llamada. Entonces sí que nos encontramos ante un gran problema», avisa Crespí.

Las vías de agua, es decir, toda aquella grieta o rotura que supone la entrada de agua en la embarcación; son otro motivo de hundimiento. Salvamento Marítimo es quien evalúa la situación al llegar al lugar del incidente. «Cuando hay posibilidad de embarcar una motobomba que achique el agua, se lleva a cabo pero si la vía de agua es más grande que la cantidad que se puede achicar, no hay nada que hacer, se va a hundir sin remedio».

Salvamento Marítimo trabaja sin descanso y realiza numerosas intervenciones en la época estival

¿Qué ocurre con los barcos hundidos?

Cuando no se ha podido hacer nada, el armador de la embarcación debe responsabilizarse de la situación. Es necesario entregar un plan de reflotación, que para cualquier embarcación pequeña, parte de una cantidad mínima de unos 3000 euros. Salvamento Marítimo lanza un aviso cada vez que se produce un hundimiento para alertar sobre el cambio de profundidad. «Si en una zona hay diez metros de margen pero se ha hundido un barco, el resto de embarcaciones debe saber que si navegan por esa zona, se ha reducido la profundidad varios metros; si no, se podría producir fácilmente otro accidente». Las alertas se activan y desactivan tras el reflote de lo posible; aquello que no puede ser reflotado pasa a una carta de navegación en la que constará ya para siempre.

Los incendios y explosiones suponen un gran riesgo tanto para la tripulación como para el medio ambiente si producen fugas de combustible.

Asimismo, Salvamento Marítimo comprobará también cualquier posible fuga que pueda producirse y en el caso de que las haya utilizará barreras absorbentes o la dispersión mecánica para evitar que llegue a la costa.

Éstas son algunas de las intervenciones de Salvamento Marítimo en los últimos dos meses:

El más reciente de los rescates baleares.

Las impactantes imágenes del barco hundido en Camp de Mar.

La impresionante actuación en un barco en llamas en Ses Covetes.

Una vía de agua hunde una embarcación en Menorca.

Un verano al que todavía le queda más de un mes y que, sin duda, requerirá toda la atención y esfuerzo de Salvamento Marítimo, los vigilantes del mar, una entidad imprescindible para salvaguardar la vida en el elemento más desconocido.