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El Govern sigue. En minoría, pero sigue. ¿Cómo? Con «una geometría variable», ha asegurado su portavoz Antoni Costa que, partido a partido, advierte que se irán buscando acuerdos en el marco parlamentario para llevar adelante su programa electoral. Ahora bien, «lo que le pedimos a Vox es que como han sido ellos quienes han roto el pacto, digan qué consecuencias tiene». Y es que la situación del Ejecutivo es también la de verlas venir. «En algún momento lo tendrán que explicar», ha insistido Costa quien reconoce que, en algún momento, espera una llamada del grupo de extrema derecha. Y es que aunque esta semana ha insistido en que «no estamos casados», sí parece una relación con su tira y afloja, «que se tomen el tiempo que necesiten», ha añadido.

Para el portavoz del Govern el motivo de la ruptura del Pacto que se gestó desde la dirección de Vox de Madrid, «parece más una excusa o a una táctica que no un motivo real», ha dicho refiriéndose al reparto de menores migrantes sin acompañar entre las comunidades.

Así pues lo que le interesa saber al Govern es si después de todo «¿bloquearán la acción de gobierno? Que lo digan ¿Votarán ahora con la izquierda o están dispuestos a negociar las iniciativas del Ejecutivo?», le preocupa. Y el foco está puesto a principios de septiembre, cuando termina el plazo para presentar las enmiendas al decreto de simplificación administrativa, y cuando empieza tamibén el curso político.

Es más, aunque queda lejos en el horizonte preocupa, sobre todo, los prespuestos del próximo año. «Tendremos que saber qué quieren a mediados de octubre cuando se presente el techo de gasto, porque el Govern no se parará», ha insistido Costa afirmando, taxativamente que «tramitaremos los presupuestos, sin duda alguna».

Para ello habrá que insistir en el diálogo, entre los partidos de la derecha y también en la oposición. Sin embargo, frente al ofrecimiento del PSIB de pactar iniciativas comunes, Costa se ha mostrado reticente: «no son de fiar», ha dicho.