Es cierto que estos últimos casos, a pesar de ser los más ruidosos, son también los más escasos, pero son igualmente consecuencia de un caldo de cultivo que propicia su aparición y propagación: un territorio en el que las operaciones inmobiliarias tienen un peso descomunal en la economía y donde la desregulación casi absoluta del sector multiplica el efecto llamada y las facilidades para que perfiles no aptos se hagan un hueco en el mercado.
El dinamismo de la inversión extranjera en el sector inmobiliario balear constituye un factor clave. El cada vez mayor peso del capital internacional en la compraventa de vivienda -32 % de las operaciones en las Islas en el tercer trimestre del año; como viene siendo habitual, el porcentaje más alto de España- ha generado la irrupción de múltiples empresas dedicadas exclusivamente a este cliente, muchas de ellas sin las garantías o la preparación profesionales adecuadas y que incluso exhiben un pronunciado aislamiento de la realidad cultural, idiomática o legal del territorio en el que operan.
«Diariamente se da de alta un autónomo o abre una microempresa dedicada a la intermediación inmobiliaria y la mayoría lo hace sin tener preparación ni conocimiento del sector, lo cual representa un importante riesgo para el consumidor. En muchas ocasiones ni siquiera se habla una de las dos lenguas cooficiales de Baleares, lo cual genera todavía más inseguridad». Quien habla es Hans Lenz, presidente de la Asociación Balear de Inmobiliarias Nacionales e Internacionales (ABINI) y director de Engel & Völkers en Mallorca, un nombre poco sospechoso de querer cerrar las puertas a la inversión extranjera. El problema, insiste, es la desregulación de un sector, que «hace que esto sea un caos. Es un problemón».
El riesgo aumenta cuando el cliente extranjero percibe un escenario de mayor confianza cuando encuentra intermediarios de la misma nacionalidad. «Se mete mucha gente sin los conocimientos necesarios y con poca solvencia económica para resarcir a los clientes de posibles daños económicos generados», explica Lenz para apuntar que «sin ni siquiera conocer el castellano o el catalán no pueden trabajar con un mínimo de rigor, entender la legislación, pagar los impuestos requeridos...».
Microempresas
Según un estudio de ABINI en base a datos de Impulsa Balears y del Institut Balear d'Estadística (Ibestat), la actividad inmobiliaria genera 4.571 millones de euros, el 16,7 % del Valor Añadido Bruto (VAR) de las Islas. Junto con la construcción aglutina cerca de una cuarta parte del mismo. De las menos de 800 empresas de hace diez años se ha llegado a 1.443 en 2023, el 99 % de las cuales son microempresas (menos de diez trabajadores).
«Existe una verdadera urgencia social y económica para que un sector con ese peso en la economía cuente con un mecanismo de control con unas garantías mínimas para el ciudadano», señala Lenz. Máxime, subraya, cuando el descontrol imperante no sea sino un elemento más que agrava la crisis habitacional que padece Baleares y otro escollo en el camino para facilitar el acceso a la vivienda de su ciudadanía.
4 comentarios
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El inmobiliario es de los pocos sectores en los que la persona que te intenta vender algo no tiene ni idea de lo que vende. Para abrir una inmobiliaria deberian exigir tener en plantilla a un técnico que domine normativas urbanísticas y técnicas y tenga nociones sobre lo que vende: estado estructural, estado de las instalaciones, legalidad urbanística... No se cuantas veces he oido "es legal porque tiene luz..." o "es legal porque tiene cédula...". O no saber que se puede y no se puede hacer en un local...Y no se cuantas veces he ido a ver el estado de una propiedad porque el que lo vende, no tiene ni idea.
Buscadores de comisiones no han faltado nunca, pero a mí lo que me parece peor es vender la isla al capital extranjero y que los jóvenes no tengan soluciones habitacionales.
Aquesta pretensió de ses agències inmobiliàries sembla una broma. Per una banda, sa majoria de inmobiliàries existents avui en dia, i esteim rallant de ses més conegudes, han començat igual que totes, és a dir, en mans de gent sense cap tipus de titulació ni de formació, i moltes d´elles emprant fa anys un títol que els hi deixava unaltra persona. Per unaltra banda, es sector no està regulat (açò també és incomprensible, però així funcionen ses coses en aquest païs que tenim), i legalment, qualsevol persona sense formació, amb un simple telefon mòbil ja pot funcionar com a intermediari. I així es produeixen situacions on sa inmobiliària publicita un producte que no reuneix ses qualitats anunciades, i açò ho fan totes, incluïnt ses més conegudes. Finalment, ses comissions que cobren són una barbaritat. Cobrar un 3% ó un 5% per mostrar una casa i tenir una pàgina a internet és de locos, pero incomprensiblement, sa gent ho paga (encara que ja hi comença a haver gent que no paga més d´un 1% ó un 2%). Si empressim es mateixos criteris de retribució, què hauria de cobrar un metge per fer una operació, per exemple? Lo que realment volen ses inmobiliàries actuals és que sa societat, a damunt de que fa anys que es forren per fer una feina només comecial i sense saber realment què es duen entre mans, els hi reguli un marc de no competència per què només elles puguin operar dins es seu "cortijo" particular. Ver para creer.
No volen competència, seguir inflant sa bimbolla i poder cobrar comissions abusives m'inmagin.