El año pasado nacieron en las islas 9.079 bebés y murieron 9.320 personas. Eso significa que hubo un saldo vegetativo negativo de 240 personas. A lo largo de los últimos 50 años ha habido oleadas en las que el crecimiento vegetativo aumentaba o descendía en función de diversos factores, pero nunca antes en este medio siglo había habido más muertes que nacimientos.
El número de nacimientos fue descendiendo en las Islas desde que acabó el ‘baby boom' en los años 60. En 1965, nacieron en Baleares 11.377 niños cuando la comunidad tenían menos de la mitad de la población que en la actualidad. El descenso fue continuado desde esa fecha hasta el año 1994. En ese año nacieron en la Comunitat un total de 7.683, la cifra más baja de los últimos años.
A partir de esa fecha se da el fenómeno inverso y la cifra de recién nacidos no para de crecer durante casi 20 años. En 2008 vuelve a producirse un pico de nacimientos que incluso superan a los del ‘baby boom': 12.713. Desde entonces, la cifra no ha parado de descender hasta ahora.
Hasta ahora, el número de nacimientos ha estado muy relacionado con la coyuntura económica de Balears. A mayor actividad económica, más niños. El récord de nacimientos del 2008 se explica por el enorme empuje de la inmigración extranjera hacia las Islas en los años previos debido a la bonanza económica y a la atracción de Balears como lugar de trabajo. La fuerte inmigración hacia las Islas ha conseguido frenar el descenso de natalidad pero finalmente por primera vez ha llegado el momento de contar más muertes que nacimientos durante al año 2022 a pesar de que de nuevo se reactivado la inmigración hacia las Islas.
El dato es preocupante porque la estadística dibuja unas islas cada vez más envejecidas. El 16,26 % de la población de Baleares tiene más de 65 años. En 1975, el porcentaje era de solo el 11, 81 %. La esperanza de vida se sitúa en la Comunitat en 82,9 años, ligeramente por debajo de la media española, que está en 83,1 años.
Las mujeres de Baleares cada vez tienen menos hijos y las Islas presentan una de las tasas de fecundidad más bajas de España a pesar de que la inmigración ayudó a contener este fenómeno. Cada mujer tiene una medida de 1,1 hijos, ligeramente por debajo de la media nacional, que está en 1,16. La tasa bruta de mortalidad también es de las más bajas de España, con un 7,8 frente a la media nacional, que está en el 9,7, y muy lejos de comunidades autónomas como Asturias, donde esta tasa sube hasta el 13,9, o Galicia, con un 13.
3 comentarios
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... el otro día me crucé por la calle con una chica de raza humana, que se me antojó de etnia foránea... estaba empezando a preguntarme si era turista, cuando la oí hablar en menorquín, pero un menorquín mucho mejor que el mío, lo que me hizo reflexionar que las nuevas generaciones de menorquines son ya cosmopolitas sin complejos, y que tendremos un futuro asegurado al integrar, como hemos hecho desde hace siglos, a todos aquellos que desean establecerse en nuestra isla... lo único que pido es que abandonen sus credos, y sobre todo que no adopten los que tradicionalmente ERAN habituales por aquí... una sociedad evolucionada es una sociedad sanamente apateísta.
Lo que me parece preocupante es que no nos demos cuenta que el planeta tiene un límite en la cantidad de humanos que puede soportar. Todos muy preocupados por la huella de carbono, reducir plásticos y dejar el petróleo pero seguimos teniendo muchos hijos a los que habrá que alimentar, vestir, desplazar y, en definitiva multiplicar la producción de plásticos, combustibles, fertilizantes y el consumo de agua. ¡Las pensiones!¿Quién pagará nuestras pensiones? Pues hay un método más ecológico que el huir hacia adelante haciendo muchos hijos que se encontrarán con el problema agravado. Es reducir los demás gastos no imprescindibles del sector público. Poner las pensiones al principio de los presupuestos y no aparte. Lo que no sea sanidad, educación e infraestructuras se recorta. Pero no, lo sostenible es seguir aumentando la población en una carrera hacia ningún sitio con gastos sanitarios, educativos y de pensiones disparándose, igual que el número de coches, aviones y vertederos. Todo muy lógico.
Coincidint amb els preus altíssims d'aliments i vivendes.