La representante socialista le ha reprochado que ese día la presidenta del Govern, Marga Prohens, estuviera en Galicia en un acto con el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, la consellera de Presidencia y Función Pública --departamento del cual depende la Dirección General--, Antònia Maria Estarellas, «no se supiera dónde estaba» y que Sureda estuviera «merendando tranquilamente en un horno de Sa Ràpita». Garrido ha censurado que, ante aquella situación, «no hubiera nadie al volante« pero que «por suerte sí estuviera el personal de emergencias». Por su parte, la diputada de MÉS per Mallorca Maria Ramon ha pedido una mayor aclaración de las iniciativas anunciadas por Sureda y ha aprovechado para insistir en la reclamación de la creación de una policía autonómica. La representante del Grupo Mixto y diputada de Unidas Podemos Cristina Gómez también le ha reprochado su «actitud» por irse a un bar aquel día, por lo que ha pedido su dimisión por «ética».
«Mi presencia física no era necesaria»
Sureda ha defendido su actuación el día 27 de agosto, al apuntar que cuando fue a comer «no había caído ninguna gota» y que estaba en «contacto constante con el técnico que estaba de guardia», por lo que ha considerado que «su presencia física en la Dirección General no era necesaria». «Yo no tengo que ir a apagar ningún fuego ni a sacar a nadie del agua, para eso están los técnicos y los organismos pertinentes», ha remarcado, a lo que ha añadido que «todo funcionó» y «estaba preparado» porque a partir del día 15 de agosto había puesto en prealerta a los diferentes servicios.
3 comentarios
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Como es "normal" el periodico utiliza una frase (desafortunada a mi entender) para tener mas gancho en el titular. Yo soy de PODEMOS, pero solicitar la dimisión, del Director General de Emergencia e Interior, por ir a desayunar a un bar lo veo del todo ilogico. Las personas a veces tenemos que desayunar en un bar. "Tranquilamente"
Seguramente si la responsable de emergencias del Govern en ese momento hubiese sido esa tal Garrido, ella misma hubiera salido con un llaút a buscar personalmente a esos dos tripulantes irresponsables, que en semejantes condiciones meterológicas más que avisadas y advertidas en todos los informativos, a pesar de todo se les ocurrió la brillante idea de salir a darse un paseo con su velerito. Qué demagogia y qué sectarismo, señora Garrido. Es usted una digna representante del sanchismo socialcomunista.
A Cristina lo que le molestó es que no la invitara.