Desde el IB-Salut han informado que en 2018 se convocaron oposiciones a pediatra de Atención Primaria y hospitalaria, pero para las 178 plazas ofertadas sólo se presentaron 108 aspirantes. La presidenta de APapIB ha puntualizado que el problema se agudiza en la Atención Primaria, ya que la mayoría de los profesionales se decantan por los hospitales. A modo de ejemplo, ha destacado que de los 10 profesionales que se formaron en pediatría en las Islas el año pasado ninguno se quedó en Atención Primaria: se fueron a los centros hospitalarios o regresaron a la Península, donde el nivel de vida es más bajo y, entre otros aspectos, no hay tanto problemas para acceder a la vivienda.
Riesgo importante
Mambié ha advertido que esto supone un riesgo muy importante, ya que los médicos que no cuentan con la especialidad de pediatría tienen dificultades para detectar los trastornos de neurodesarrollo. «Esto se produce cuando el desarrollo de un niño se aleja de la normalidad: puede haber un retraso de madurez, déficit cognitivo, un trastorno de espectro autista, etc». El problema es que si el profesional que atiende a estos niños durante su infancia no está formado para ello lo más probable es que no lo detecte y pase desapercibido.
Este déficit de especialistas también representa un problema a la hora de tratar a los menores con enfermedades crónicas (metabólicas, neurodegenerativas, endocrinológicas, etc.), puesto que el pediatra coordina toda la red de asistencia que atiende al paciente. A su modo de ver, «un médico generalistas detecta perfectamente una deshidratación, un asma, una neumonía...», pero le puede pasar desapercibida una enfermedad en la que no ha sido formado. De hecho, la formación pediátrica de un médico de familia dura dos meses mientras que la de un pediatra se prolonga durante cuatro años.
Ante esta situación, y coincidiendo con la semana de la Pediatría, la presidenta de APapIB hace un llamamiento a los padres para que reclamen que sus hijos sean atendidos por especialistas, puesto que como se ha expuesto anteriormente resulta fundamental para su desarrollo.
Transparencia
Mambié asegura que se ha reclamado al IB-Salut que en las consultas de Atención Primaria se especifique si el profesional cuenta con la especialidad o no, ya que en todas ellas figura el rótulo de pediatría, independientemente de si el profesional que la ocupa es pediatra o no. En estos momentos, la única posibilidad de saberlo es poner el nombre del médico en la página web del colegio de médicos de Baleares. Sin embargo, los padres tienen derecho a saber si el desarrollo de sus hijos es seguido o no por un pediatra titulado por todos los riesgos que se han explicado con anterioridad.
7 comentarios
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Quina llàstima, açò només passa amb els infants: ni pediatres ni psiquiatres infant-juvenil especilitzats. I un servei de salut mental infanto-adolescent infradotat i allunyat del municipi on viuen. Es una vulneració de drets.
Pero los Pediatras que hay tienen el catalán.
otro desproposito de este gobierno sin control ni planificacion y encima imponer el catalan hasta los sepultureros, alguien los deberia denunciar por incompetencia desleal.
El asunto es más complejo y ha de presentarse desde el nacimiento de la Pediatría como especialidad y no como Asistencia Primaria de cabecera. En algunos países es una carrera diferente a la de Licenciatura en Medicina. y Cirugía. En el origen del S.O.E (Seguro Obligatorio de Enfermedad, para los más jóvenes) , como rama del INP, desde 1944-1946, la Pediatría era una especialidad con consultas atendidas por Especialistas por oposición nacional, (en general), a las que los médicos de Medicina General podía enviar y solicitar su intervención. Cuando a finales de los sesenta se reconoce la Pediatría como la Medicina General de los menores de edad, ( con los cambios que hubo en esos "límites de edad" lo que puede dar para otro artículo), entraron en la entonces Seguridad Social los Pediatras de zona, como había los Médicos de Medicina General de zona, y los antiguos Especialistas en Pediatría, se conviertieron en Consultores, en teoria de un nivel superior a los que podían recurrir los pediatras generalistas de zona. Esa jerarquización ha abocado a esa división que expone el articulista entre los P. de Zona y los de Hospital Pediátrico. ( no olvidemos que en el H. Pediátrico aparecen las especialidades pediátricas desde la Neurologia y la Psiquiatria infantiles a la Cirugia y a la Ortopedia y todo el etcétera). De todas formas son formas tan diferentes de realizarse como profesionales y las expectativas dentro de un Hospital y su entorno que apoya y rodea son tan distintos, que se necesita mucha vocación de servicio para ejercer en plan generalista si el entorno no reconoce el mérito y el servicio y encima despersonaliza el ejercicio convirtiendo lo que hacen en un "turno".
Las personas responsables de esta situación deberían dar explicaciones a los ciudadanos. No basta con que venga Pedro y le diga a la presidenta Armengol que nos van a dar tanto dinero que podremos atar los perros con longanizas. Pero volviendo al ibsalut, no se puede doña Francina regalar 250.000 tarjetas sanitarias sin pensar en que al mismo tiempo hay que dotar de medios para atender a toda esa gente. Si las parejas españolas tienen cada vez menos hijos ¿como es que no hay médicos pediatras suficientes?
Y sobre todo hablarán catalán, la salud de los niños da igual.
En Baleares todo lo que no tenga que ver con el turismo loco y salvaje no le importa a nadie. Los habitantes de estas islas somos claramente inferiores a los turistas. Se hace buena aquella frase que dice: "De fuera vendrán y de tu casa te echarán".