Los sindicatos secundarán en las Islas las posibles protestas que convoquen las direcciones nacionales en otoño si no se alcanza un acuerdo a nivel estatal. | Josep Bagur Gomila

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Con inflación o sin ella, la rentabilidad empresarial de esta temporada va a estar fuera de toda duda para los sindicatos. Las cifras de llegadas turísticas se acercarán a máximos históricos –si no los superan– y la facturación será de récord absoluto.  Razón suficiente, defienden, para que se produzca una subida salarial que permita al menos seguir la estela de la del IPC. Así lo ven los responsables en Balears de las principales organizaciones sindicales, quienes desvinculan el devenir de la negociación estatal con la CEOE de la negociación que tendrán que encarar en las Islas a partir de 2023 para el nuevo convenio de hostelería.

No obstante, reconocen que un avance en ese primer escenario beneficiaría sus aspiraciones en el segundo. Asimismo, si no hay pacto a nivel estatal secundarán las movilizaciones a nivel nacional apuntadas para el próximo otoño. «Alcanzar un acuerdo a nivel estatal y tener esa referencia ayudaría pero de todos modos aquí debemos tener en cuenta nuestra propia coyuntura», señala el secretario de CCOO en Balears, José Luis García, para añadir que «centraremos nuestros esfuerzos en mejorar el convenio de hostelería mientras no haya un pacto estatal».

Con respecto a la diferencia marcada por esa coyuntura local, García defiende que «la mejora económica es mayor aquí que en el conjunto del Estado», y que por lo tanto las negociaciones deben ser más ambiciosas si cabe. Máxime si se cuenta con el respaldo de un Govern que ya se ha pronunciado en favor de las reivindicaciones sindicales afirmando que la situación económica permite la subida salarial. «Celebramos que desde el Govern se nos dé la razón», apunta el secretario general de UGT, Lorenzo Navarro. «Los empresarios han ganado mucho dinero, más de lo que esperaban, y han trasladado el encarecimiento de los costes a sus productos».

La visión sindical choca frontalmente con la de las patronales, que mantienen que la rentabilidad de la temporada va a verse muy mermada por la inflación: el aumento de los precios, y por tanto de la facturación, tan solo se equipara al aumento de los costes en el mejor de los casos. Y eso en el caso de aquellas empresas que sí han podido repercutir esos incrementos del coste en el precio final. Asimismo, defienden que las cuentas todavía se aguantan con alfileres después de dos años de pandemia y no creen que sea el momento para asumir nuevos dispendios en forma de subidas salariales, sino que es preferible esperar a una recuperación definitiva y, en todo caso, no indexar las subidas a las del IPC.

El apunte

Mejoras no solo en el sueldo en la hostelería

Las negociaciones del nuevo convenio de hostelería no se van a limitar a las subidas salariales, indican los sindicatos. Su intención es que el texto recoja mejoras de las condiciones laborales para evitar sobrecargas de trabajo (por culpa de, por ejemplo, turnos excesivos) o el reconocimiento de la cualificación profesional.