Así lo ha expresado la consellera de Presidencia, Fundación Pública e Igualdad, Mercedes Garrido, quien ha presentado este martes la actualización de este plan, que ha considerado «muy necesaria» ya que no se modificaba desde hace 15 años.
La actualización del Inunbal incluye por primera la perspectiva y las consecuencias del cambio climático, y avanza la fase de premergencia para este tipo de fenómenos meteorológicos, que se activará ahora del 15 de agosto hasta el 30 de septiembre.
Además, el plan contempla el riesgo de inundaciones que tienen la Islas por su clima y pretende ayudar a los municipios para enfrentarse a este tipo de situaciones mediante la implantación de planes de riesgo municipales.
En este sentido, los municipios tienen que identificar los puntos de afectación por desbordamiento de torrentes y escoger qué medidas y acciones preventivas implantarán de forma transitoria para evitar daños personales y también a los bienes y al medio ambiente.
El nuevo Inunbal implica, además, la adecuación de procedimientos operativos a la experiencia adquirida y a la normativa sectorial que se ha ido incorporando a los últimos años. Contempla el riesgo que sufren las Islas por el hecho de tener un clima mediterráneo --con inviernos suaves y veranos muy calurosos y secos-- con unas temperaturas extremas que se ven atenuadas por la proximidad con el mar.
Finalmente, el plan propone medidas de prevención y reducción de riesgos en las zonas que se delimiten como de riesgo de inundación, por ejemplo, a través de la ordenación del territorio y la planificación urbanística, teniendo en cuenta que la primera alternativa siempre tiene que ser evitar el desarrollo urbanístico en estas zonas.
El Ejecutivo balear está a la espera de que el Gobierno de España informe respecto a este plan y, posteriormente, el Consell de Govern procederá a su aprobación definitiva. «Las Islas estamos preparadas ante cualquier emergencia por lluvias, tormentas, vientos e inundaciones», ha destacado la consellera.
Tres años de la torrentada
Casi tres años después de la torrentada de Sant Llorenç, Garrido ha asegurado que el Govern ha revisado «todo aquello que se había comprometido a revisar en cuanto a la Dirección General de Emergencias e Interior».
En este sentido, ha explicado que se ha aumentado la relación de puestos de trabajo en el Centro de Emergencias, hasta 59 operadores, 13 supervisores y cinco jefes de sala.
También se ha cambiado el software de gestión de emergencias, que tenía más de 25 años; se ha procedido a la revisión y adaptación y modernización de equipos y plataformas tecnológicas, gestión de datos y comunicaciones, y se ha redactado una guía técnica para la redacción de Planes de Emergencia Municipales y el catálogo de riesgos por municipios.
Asimismo, se ha incrementado el número de drones y también existe el visor cartográfico, donde cada Ayuntamiento puede ver las zonas que se pueden inundar.
Por otro lado, en mayo de 2021, se firmó un Convenio de colaboración entre la Administración, la Fundación Universidad-Empresa y la Universitat de les Illes Balears (UIB) para el desarrollo de la red de estaciones hidrométricas de la UIB, como sistema de alerta temprana y gestión de emergencias frente a los riesgos de inundación en las Islas.
«Es esta actualización tecnológica y operativa la que permite que con fenómenos como la DANA de hace unos días o las lluvias de ayer solo hubiera daños materiales, porque no podemos controlar el tiempo, pero sí hacer trabajo para mejorar los servicios, minimizar los riesgos y menguar pérdidas», ha concluido la consellera.
4 comentarios
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NO TENEMOS UNAS BUENAS INFRAESTRUCTURAS , ADEMAS EL GOB NO DEJA HACER NADA BUENO SOLO PROHIBE,ETC DE EHCHO GOBIERNAN MAS QUE ALGUNOS POLITICOSMEDIOCRES. MUCHAS COMISIONES PERO NADIE HACE NADA POSITIVO,BARRANCOS SUCIOS, CARRETERAS MAL PLANIFICADAS ETC ETC MALA GESTION EN DEFINITIVA
Què raro que a l’article no aparegui la frase «las inundaciones han venido para quedarse», que sembla que és l’expressió de moda per referir-se a totes aquelles coses (en part o totalment conseqüència del comportament humà) que no som capaços de corregir o endreçar.
Si se mantuvieran los torrentes limpios y despejados, muy posiblemente no habría tantas inundaciones. Eso es dejadez de funciones de la Administración y el ciudadano paga las consecuencias de su incompetencia.
Tot això està bé. Però el problema és que, històricament, s'ha construït en zones inundables. Simplement, quan hi hagi un episodi de pluges extraordinàries, les zones inundables s'inundaran i punt. I poc o res es pot fer. És com saber on hi ha activitat volcànica i que, generalment cada 50 anys hi ha una erupció i es continuï construint i sembrant a la zona de risc. I quina és la conseqüència?. Ja la coneixem. Igual passa amb les zones inundables. I encara que posin mesuradors de cabals, les avingudes són tan ràpìdes a les Illes que això no suposarà millores reals d'actuació. Tot i amb això, està bé que es planifiqui i que els ajuntaments coneguin els riscs, però l'única mesura que funciona és allunyar-se del perill. Si un viu devora un torrent o devora d'un volcà, ja sap que li toca: pregar el cel quan s'ennivola o esperar el període de retorn de l'activitat volcànica.