Pero Magaluf no fue el único destino de los juerguistas. Con los polígonos de Palma cerrados, muchos jóvenes decidieron el viernes noche practicar botellones en Valldemossa, lo que provocó quejas de vecinos. De hecho, la Policía Local ha decidido montar controles de noche para someter a la prueba de alcohol a los conductores y multar a los que beben o escuchan música en la calle, molestando a los residentes. El dispositivo se mantendrá los fines de semana. También en Esporles, cerca de la UIB, se detectaron concentraciones de jóvenes.
Cala Rajada
En ese núcleo turístico de Capdepera, los alemanes siguen con su moda de poner altavoces en la calle a todo volumen, sin importarles que sea de madrugada y que los vecinos se despierten sobresaltados. Son aparatos pequeños, que a veces pueden esconder en los bolsillos, y en pocos días la Policía Local ha intervenido cerca de una decena de ellos. Los vecinos se quejan de que sólo hay dos patrullas disponibles los fines de semana y una entre semana.
Pero este fenómeno del traslado de los botellones a la Part Forana no implica, en cualquier caso, que no se sigan celebrando en Palma. De hecho, en la noche del viernes al sábado el dispositivo conjunto de la Policía Local y la Policía Nacional sancionó a 76 personas y se controló a 158 vehículos. Algunos de ellos intentaron entrar en los polígonos, sobre todo en Can Valero y Son Castelló, pero estaban cerrados y había controles.
En la Platja de Palma se disolvió una fiesta con cientos de participantes y en Santa Catalina, sa Feixina y el Passeig Marítim se controlaron botellones esporádicos. Esta noche se mantiene un operativo idéntico para combatir este veraniego fenómeno.
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