El uso de mascarilla es obligatorio en las peluquerías, según los protocolos dictados. | Efe

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Si en los últimos días ha acudido a cortarse el pelo sin la pertinente mascarilla es posible que el peluquero le haya cobrado un euro después de proporcionarle una. Lo mismo puede haberle ocurrido al visitar al dentista o en otro negocio donde el dueño le haya tenido que facilitar –porque así lo establecen los protocolos sanitarios– material de protección a fin de evitar contagios.

Este sobreprecio ha sido bautizado como ‘tasa COVID' o ‘suplemento COVID', pese a que no siempre es estrictamente una tasa que se cobra aparte, sino que a veces se repercute directamente en el precio básico del servicio. No solo es el coste del material, sino que las nuevas medidas de organización dictadas (como la distancia entre clientes) han disminuido la rentabilidad de los negocios. Hay que aclarar que no todos los establecimientos lo cobran, sino que solo algunos ha empezado a hacerlo.

Desde su reapertura, las peluquerías están obligadas a atender a sus clientes con mascarilla y a proporcionales toallas y batas de un solo uso. Rafael Rubio, vicepresidente de la federación de peluquería de PIMEM, explica que muchos establecimientos ya utilizaban batas y toallas desechables antes de la pandemia y que por lo tanto ahora no repercuten su coste. Señaló también que las peluquerías han mantenido el precio que ofrecían antes de la crisis y que desde su entidad se ha recomendado a los asociados no subirlo: «No es el momento». «Solo se cobra la mascarilla a los clientes que vienen sin una», aseguró Rubio.

El cobro de la ‘tasa COVID' entre los dentistas es igualmente dispar. «Nosotros no hemos hecho recomendación alguna en relación a los precios. De hecho, no podríamos hacerlo por cuestiones de competencia», señaló Ignacio García-Moris, el presidente del Col·legi Oficial de Dentistes de Balears. Sin embargo, «sí he escuchado que en alguna consulta se cobra, pero no sabría decirle cuántas ni si son muchas o pocas», añadió.

Mayor coste

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En su caso, el coste del servicio también se ha incrementado: hay que limpiar el espacio entre un cliente y otro, hay que proporcionarle mascarilla si no lleva, se le debe facilitar una bata de un solo uso, etcétera.

También los propios dentistas deben equiparse con lentes y otros elementos de protección. «Lo que sí hemos notado es una subida del precio de ese material. Una caja de 60 mascarillas, por ejemplo, ahora nos cuesta bastante más que antes de la crisis sanitaria», indicó.

«Los restauradores planteamos una bajada del precio»

«Más que subirlos, los restauradores planteamos ya desde el principio una bajada de precios», indica Joan Miquel Ferrer, vicepresidente de la federación de restauración de CAEB, en relación a la‘tasa COVID'.

«Planteamos bajar precios porque ahora queremos fidelizar al cliente. Subirlos sería contraproducente», añade. Ferrer indica que la pandemia también ha encarecido los costes de su servicio (limpieza del local, elementos de protección, etcétera), pero que acordaron no tocarlos o bajarlos. No obstante, señala que quieren ver cómo evoluciona la situación para ver «si podemos aguantar».