La estacionalidad de la economía balear, con puntas de trabajo en los meses de verano, provoca que mucha de la contratación que se firma sea temporal, aunque los sindicatos consideran que hay margen para más conversiones en fijos discontinuos. | plozano

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La temporalidad resiste en el mercado laboral balear. Este año, por cada nuevo contrato fijo que se ha formalizado, se han firmado cinco temporales. De enero a agosto se han contabilizado un total de 379.300 contratos, de los que 316.634 son temporales y 62.666 son indefinidos.

Si bien es cierto que la contratación fija se ha incrementado en las Islas y en términos absolutos ha alcanzado máximos históricos, desde UGT ven con preocupación como el peso de la temporalidad se mantiene. Del total de nuevos contratos firmados en los primeros ocho meses del año, el 83,5 % son temporales y el 16,5 % son fijos. «La diferencia es enorme», sostiene la secretaria de Acción Sindical y Comunicación de UGT, Ana Landero, quien considera que se deben dedicar muchos esfuerzos en reducir esa brecha.

Además, la sindicalista lamenta que el peso de la contratación indefinida se ha reducido respecto a un año antes. De enero a agosto de 2018, el 17,3 % del total de contratos que se firmaron eran fijos, «lo que supone un punto porcentual más que este año». De ahí, la insitencia de UGT en su apuesta por un empleo de calidad.

De todos modos, Landero reconoce el impacto positivo de las campañas de Inspección de Trabajo que impulsan la Conselleria de Treball y el Ministerio de Trabajo desde hace cinco veranos en las Islas. Gracias a estas campañas se ha conseguido la conversión de un número considerable de contratos temporales en indefinidos, muchos de ellos fijos discontinuos. De hecho, el pasado mes de junio, último dato disponible de la Tesorería General de la Seguridad Social, había 91.166 fijos discontinuos en activos, de modo que ya se había superado el máximo registrado en agosto del pasado año.

«Es una buena noticia, aunque desde UGT sostenemos que hay margen de mejora», dijo la dirigente del sindicato. En este sentido, explicó que todavía hay «mucha picaresca» en la contratación. Recordó que tanto los convenios de hostelería como de transporte de Baleares recogen que un trabajador con contrato temporal durante dos temporadas debe convertirse en fijo a partir de la tercera temporada en la misma empresa. De ahí, la importancia del plan especial de inspecciones para vigilar que se cumplan los convenios.

En cualquier caso, desde UGT reivindican un cambio de modelo para que la economía de Baleares deje ser tan estacional. Landero explicó que apuestan por alternativas al ‘sol y playa' que permitan generar puestos de trabajo estables y con una mayor duración.

Reconoce que no es una iniciativa sencilla y que requiere de la implicación del conjunto de la sociedad. Esto es, un esfuerzo por parte de Administraciones, empresas y trabajadores.
Sobre esto, Landero reconoció que los trabajadores también deben involucrarse en este cambio de modelo ya que implicaría «un reciclaje profesional». Es decir formarse en nuevos empleos emergentes para los que hay falta de mano de obra en las Islas.