«Sin Vox no hay alternativa a la izquierda --ha subrayado Abascal en una comparecencia en la que ha analizado el resultado de las elecciones generales del pasado domingo, su primera rueda de prensa desde hace meses-- No será difícil llegar a acuerdos con quien se siente a dialogar con nosotros, pero será absolutamente imposible apoyar un gobierno de quien ni siquiera se quiere sentar a hablar con Vox».
El partido exige abrir conversaciones con todas las formaciones que puedan formar parte de ese gobierno, excluyendo así la fórmula usada en Andalucía donde el PP negoció por separado con ellos y con Ciudadanos para aupar a Juan Manuel Moreno a la Presidencia de la Junta. Según ha lamentado, este modelo ha demostrado que no es «útil» porque les resulta «difícil» velar por el cumplimiento de los acuerdos.
Si 'populares' y naranjas van a formar parte del ejecutivo, ambos se tienen que sentar con Vox en una mesa de negociación. No sería lo mismo si el gobierno estuviera formado en solitario por el PP, en cuyo caso Vox se conformaría con llegar a un acuerdo con los 'populares' aunque Ciudadanos también aportara estabilidad parlamentaria desde fuera.
Lo que no ha aclarado Abascal es si Vox exigirá formar parte de los gobiernos autonómicos en los que la formación es 'llave' para llegar a un acuerdo, como son la Comunidad de Madrid y Murcia. Aunque cree que tendrían el «derecho» de exigirlo, la decisión la tomará este jueves su Comité Ejecutivo Nacional, que además designará a las personas encargadas de las negociaciones.
De momento, Abascal ha admitido haber tenido contacto «informal» con el líder del PP, Pablo Casado, en una conversación telefónica. En cambio, no ha tenido ningún tipo de interlocución con Ciudadanos ni su presidente, Albert Rivera, tras las elecciones generales del pasado domingo.
Abascal cree que las elecciones han demostrado que España «ya no es igual» que hace seis meses debido a la llegada de Vox a todas las instituciones. Y eso ha defendido que tiene notarse en el discurso político «aunque algunos se empeñen» en aparentar que nada ha cambiado.
Por ello, ha dicho verse sorprendido de tener que hacer algunas afirmaciones «de perogrullo», como que sus votantes han optado por Vox «y no por PP ni Ciudadanos». Y que además lo han hecho en un ambiente de «demonización, estigmatización, culpabilización y chantaje por el voto útil». «Quien ha votado a Vox lo ha hecho ejerciendo valentía y de manera absolutamente consciente», ha reivindicado dejando claro que estos votantes no aceptarían «chantajes» como los que cree que se les quiere «someter».
En este sentido, ha insistido en que Vox es «absolutamente necesario» para formar una alternativa a la izquierda, a diferencia del año 2015 cuando PP y Ciudadanos no sumaban en solitario en lugares en los que ahora sí lo hacen los tres partidos juntos. En concreto, ha apuntado que su apoyo es imprescindible en cuatro regiones, dos ciudades autónomas y 20 ayuntamientos de provincia.
Si PP y Ciudadanos abren esas negociaciones, Abascal ha adelantado que «no será difícil» llegar a acuerdos y Vox sabrá ser «flexible» consciente de que su fuerza es menor que la de sus interlocutores. Sin embargo, será «absolutamente imposible» contar con su apoyo si ni siquiera se abre esa ronda de reuniones.
Poniéndose en este último escenario, el líder de Vox ya ha adelantado que su formación seguirá abierta a la negociación de mociones de censura durante toda la legislatura. «Nosotros seguiremos con la mano tendida después, estaremos dispuestos a mociones de censura en ayuntamientos y comunidades», ha ofrecido.
Y ha censurado que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se «vanaglorie» del mal resultado de Vox en Galicia. Según ha reprochado, precisamente por la escasa «fuerza» de Vox en la comunidad no hay alternativa al PSOE en ninguna de las cuatro capitales de provincia.
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