Por el momento se le imputa un delito de lesiones. El juez está a la espera de recibir los resultados de la autopsia y otras pruebas que ha solicitado para esclarecer algunos extremos que todavía no están demasiado claros. No se descarta que el turista alemán sea llamado a declarar de nuevo.
La agresión se produjo en torno a la una de la madrugada del sábado pasado en el Aeropuerto de Son Sant Joan. El pasajero, un alemán que acababa de aterrizar en Mallorca junto a su mujer y sus dos hijos, salió de la terminal de llegadas para fumar un cigarro. La trabajadora, de la empresa Trablisa, que se encargaba de controlar la zona, le explicó que no podía volver a entrar y el hombre se alteró. Se puso muy nervioso, gritó y dijo que iba a perder la maleta si no le dejaba acceder al interior.
El turista veía cómo salían otros viajeros por la puerta e intentó entrar, pero la auxiliar de seguridad se interpuso en su camino e insistió en que no podía volver a la zona de equipajes. El hombre empujó a la mujer, que se tropezó, cayó al suelo y se fracturó el fémur. Herminia gritó de dolor y pidió auxilio.
La víctima, que estaba a punto de jubilarse, era una persona muy querida en el aeropuerto de Palma. Una compañera lamentó su fallecimiento: «Hacía bien su trabajo y si podía realizaba horas extras para poder ir a su país unos pocos días para ver a su familia. Es una lástima lo sucedido, es increíble que esto pase, solo espero que se haga justicia. Si no la hubieran agredido, no la tendrían que operar, no se hubiera complicado y no hubiese fallecido. Qué pena».
2 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
No estoy de acuerdo Julia. Si no hubiese habido empujón no hubiese habido quirófano. Ahora, que se haga responsable de sus acciones. Mala suerte, si, pobre mujer.
Podéis decir todas las barbaridades que queráis sobre el pasajero en cuestión y machacarlo porque es un turista alemán, pero los hechos son los hechos. No justifico para nada el empujón, ni mucho menos, pero seamos mínimamente sensatos y ecuánimes, ni ese fatal empujón por sí solo, ni la posterior rotura de la pierna de la señora al caerse de mala forma, son la causa de su desgraciado fallecimiento. Aquí falta mucha información. Una de las hipótesis más plausibles es que la paciente sufriese durante la operación algún problema cardiovascular a causa de la anestesia. O algo por el estilo. Pero afirmar alegremente que este desgraciado suceso es nada menos que un homicidio en toda regla, es una auténtica burrada. De todos modos, el pobre alemán ya tiene una buena penitencia, con el insoportable cargo de conciencia que tendrá que llevar encima mientras viva. No quisiera estar en su pellejo.