El viernes, un hombre de 54 años, vecino de Calvià, salió a pasear en dirección a El Toro. Llevaba una mochila y no regresó. El sábado por la mañana sus allegados interpusieron una denuncia por desaparición y la Guardia Civil comenzó su búsqueda con un helicóptero, que sobrevoló la zona de acantilados de El Toro.
A las cuatro y media de esa misma tarde dos senderistas que paseaban por las inmediaciones de la Batería A1, en un antiguo cuartel militar ya cerrado, hallaron una mochila con la documentación del desaparecido.
Motoristas de la Policía Local buscaron en la zona, hasta que dentro de un túnel, en un búnker, apareció el cuerpo sin vida. En un primer momento saltaron todas las alarmas y se dio por supuesto que se trataba de un asesinato: el cadáver tenía las manos atadas con una cadena y estaba carbonizado. Al parecer, se había utilizado un líquido inflamable para que ardiera.
Este domingo se le practicará la autopsia, que confirmará la causa y tipología de la muerte. Los investigadores se decantaban más por una muerte voluntaria que por un crimen, pero ya había caído la noche y la investigación en aquel terreno, junto al mar, se hacía complicada.
2 comentarios
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La verdad seria una forma muy extraña de suicidio, no creo que lo sea
¿Muerte voluntaria? Menuda nueva modalidad de suicidio.