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El Govern balear ha aprobado este viernes el proyecto de ley del impuesto turístico, que supondrá el cobro de una tasa diaria de entre 0,25 y 2 euros para los visitantes del archipiélago mayores de 15 años que se alojen en establecimientos reglados, lo que supondrá una recaudación anual de unos 80 millones de euros.

El primer Consell de Govern de 2016 ha dado su visto bueno al nuevo impuesto, con lo que se inicia un proceso legislativo para la implantación en torno al mes de junio de uno de los acuerdos esenciales del pacto de gobernabilidad entre PSIB, Podemos y MÉS. La recaudación del impuesto, que está presupuestada en 50 millones de euros en 2016, se destinará al fomento del sostenible y a la conservación de espacios naturales. Una comisión con representación de instituciones políticas y agentes sociales determinará las inversiones concretas. La patronal hotelera se opone frontalmente a la implantación de un impuesto que considera lesivo para la economía balear en su conjunto y ha anunciado que combatirá el gravamen en los tribunales, como hicieron los empresarios cuando en 2001 se aprobó en el archipiélago una derogada en 2003. "Era una demanda social de la mayoría ciudadana que ha hecho posible el cambio en este país", ha resaltado el vicepresidente del Govern y conseller de Turismo, Biel Barceló, que ha reseñado que, pese al rechazo de buena parte del empresariado, "ha habido más debate social" que con la primera ecotasa. Ha explicado además que existen impuestos similares en regiones y ciudades de "casi la mitad de los países de la Unión Europea", mientras que cuando planteó la tasa en el primer Pacto de Progreso balear era una medida pionera. La consellera de Hacienda, Catalina Cladera, ha incidido en que aquella primera experiencia y la vigencia del impuesto sobre pernoctaciones turísticas en Cataluña fueron avaladas por los tribunales, por lo que el Govern está "muy tranquilo" respecto a la amenaza de demandas judiciales de la patronal hotelera. Cladera y Barceló han incidido en que la recaudación del impuesto se dedicará a la protección de la naturaleza y el campo, al fomento de la desestacionalización, la promoción y el desarrollo de infraestructuras turísticas, a la recuperación de patrimonio cultural, al desarrollo de proyectos de investigación y desarrollo, a la mejora de la formación de los trabajadores del turismo y a inversiones en equipamientos sociales y sanitarios. Con estas medidas, ha argumentado el vicepresidente, se pretende compensar el impacto del turismo sobre el medio ambiente y los servicios públicos del archipiélago y promover un modelo de desarrollo ambiental, económica y socialmente sostenible. La tramitación parlamentaria, que se llevará a cabo por vía de urgencia, comenzará el próximo lunes y el propósito del Govern es que el impuesto comience a cobrarse el 1 de junio. El departamento autonómico de Turismo llevará a cabo una campaña informativa para, a través de los touroperadores, informar a los visitantes potenciales de cuánto y para qué tendrán que pagar si viajan a Baleares. Pagarán el "impuesto sobre estancias turísticas", nombre oficial de la tasa, quienes se hospeden en hoteles, apartamentos, alojamientos rurales, albergues, hostales, viviendas vacacionales o cualquier otro inmueble considerado turístico, así como quienes hagan escala a bordo de cruceros. Quedarán exentos los menores de 16 años, quienes viajen por fuerza mayor, el personal de los alojamientos turísticos, los enfermos desplazados y sus acompañantes y los usuarios de programas de turismo social. Por tanto, también pagarán la ecotasa los baleares que se alojen en establecimientos turísticos dentro de las islas. Del 1 de mayo al 31 de octubre, temporada alta, la tasa irá desde los 2 euros diarios en los hoteles de la máxima categoría a los 50 céntimos de hostales, pensiones, albergues y refugio. En temporada baja el gravamen se reduce a la mitad, igual que a partir del noveno día de estancia.
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