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Un prófugo de la Justicia inunda parte de un edificio en Son Gotleu

El incidente se produjo en la calle Tomás Rullán 70 y a consecuencia de ello gran parte de los residentes tuvieron que salir de sus casas hasta que se normalizó la situación

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía, en una operación contra la usurpación de viviendas en Son Gotleu. | Vasil Vasilev

J. Bastida23/06/14 0:00

«Eran las cuatro de la madrugada cuando escuchamos un gran estruendo. Al levantarnos y abrir la puerta nos dimos cuenta de que la tubería general del agua estaba rota y que teníamos gran parte de las zonas comunes del edificio inundadas. Un prófugo de la Justicia que vive de okupa en una de las viviendas del inmueble había provocado la avería al reventar el latiguillo utilizado para 'engachar' y robar el agua de la general», afirma una vecina.

El incidente se produjo en la calle Tomás Rullán 70 y a consecuencia de ello gran parte de los residentes tuvieron que salir de sus casas hasta que se normalizó la situación. A la llegada de la Policía Local, se levantó un informe y los agentes aconsejaron a los implicados que denunciaran los hechos en el juzgado.

No es un caso aislado. Los vecinos de Son Gotleu están en pie de guerra y no piensan quedarse de brazos cruzados.
«En Son Gotleu hay aproximadamente unos 200 pisos patera. Todos ellos se 'enganchan' a la corriente y al agua. Quitan los fusibles y sacan un cable directo de la acometida general de electricidad hasta su vivienda. Los vecinos viven atemorizados y las amenazas son constantes. Hace unos días, la Policía Nacional dio un duro golpe al clan de 'Los Pelúos' por este motivo, pero resulta que hay muchos más», relata Ginés Quiñonero, presidente de la AA.VV. Orson Welles.

El dirigente vecinal ha confirmado a Ultima Hora que su asociación se personará como acusación particular en la causa judicial iniciada contra 'Los Pelúos' al entender que la situación en la barriada es insostenible. «En Pico Mulacén un clan gitano reventó todas las tuberías provocando grandes destrozos a los vecinos. Los amenazaron y los perjudicados han tenido que hacer frente a las reparaciones. En esta situación no se puede vivir. Los incidentes, incendios, agresiones y amenazas son constantes», concluye Quiñonero.