La infanta Cristina, a su llegada a los juzgados de Palma cuando fue a declarar ante el juez Castro. | J. Torres

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El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, José Castro, pondrá fin a la instrucción del caso Nóos este miércoles,  cuando dictará el conocido como auto de transformación a procedimiento abreviado, en el que decidirá si mantiene la imputación  de la Infanta Cristina por presuntos delitos fiscales y de blanqueo  de capitales así como de la treintena de encausados restantes como primer paso para que puedan sentarse en el banquillo de los  acusados.

Tras cuatro años de investigaciones, el juez determinará contra quiénes de los inculpados, entre ellos los Duques de Palma, hay base  suficiente para que puedan ser acusados y finalmente se sienten en el banquillo.

Con esta resolución -contra la que cabe interponer recurso-,  Castro dará asimismo paso a la Fiscalía Anticorrupción y al resto de  acusaciones del caso -Abogacías del Estado y de la Comunidad  Autónoma, Manos Limpias, Frente Cívico 'Somos Mayoría', PP balear y  los concejales del PSPV del Ayuntamiento de Valencia- para que  presenten su escrito de calificación provisional en el que  determinarán definitivamente a quiénes acusan y qué penas solicitan  para ellos, además de pedir la apertura de juicio oral, que Castro  deberá acordar a través de un auto que ya no será recurrible.

Cárcel para Urdangarin

En el caso de la Fiscalía, la acusación pública contempla solicitar entre 10 y 19 años de cárcel para el Duque de Palma, a  quien acusará de un delito de malversación, prevaricación, falsedad  documental, fraude a la administración y tres delitos fiscales. La  pena concreta dependerá de si el yerno del Rey abona antes, junto a Torres, los cerca de seis millones de euros de los que se apoderaron  de las Administraciones públicas. La petición que formulará para su  exsocio oscilará, por su parte, entre los diez y los 15 años, puesto  que en su caso le será atribuido un solo delito fiscal.

Del mismo modo, el Ministerio Fiscal solicitará en su escrito que  la Infanta, se siente o no finalmente en el banquillo de los  acusados, responda civilmente -a título lucrativo- de los fondos  supuestamente defraudados por su marido a través de Aizoon, sociedad  de la que ambos son copropietarios y que se nutrió de más de un  millón de euros del entramado Nóos.

El inicio de las investigaciones

En concreto, las investigaciones estallaron en noviembre de 2011  con el registro del Instituto Nóos y de varias sociedades vinculadas,  a través de las cuales tanto Iñaki Urdangarin como su exsocio Diego  Torres se habrían apoderado de unos 5,9 millones de euros de las  Administraciones públicas.

Sin embargo, Castro (Córdoba, 20 de diciembre de 1945), el juez  que más tiempo lleva al frente de un Juzgado de Instrucción en  Baleares, ya había puesto la lupa sobre la actividad presuntamente  irregular del entramado empresarial encabezado por Urdangarin y  Torres en febrero de 2010 cuando, en el marco del caso Palma Arena,  comenzó a interrogar a varios exaltos cargos de la última legislatura  de Jaume Matas (2003-2007) sobre la gestación de los foros sobre  turismo y deporte que el Instituto Nóos organizó en Palma en 2005 y  2006 y por los que la entidad percibió un total de 2,3 millones de  euros públicos.

Es más, ya a principios de 2006 el diputado socialista Antoni  Diéguez preguntaba en el Parlament balear sobre el destino que dio  Nóos a los 1,2 millones de euros que cobró del Govern de Matas por el  foro sobre turismo y deporte celebrado pocos meses antes en Palma.  Nada hacía presagiar que de la supuesta defraudación investigada en  el marco de estas jornadas afloraría un rosario de presuntas  irregularidades en torno a la gestión del Instituto y que culminarían  con el presunto apoderamiento de hasta 5,9 millones de euros  públicos.