Luis García Langa
Luis García Langa

Analista financiero

Wall Street, ante el día de la ‘Liberación’ de Donald Trump

TWL

La semana pasada, al analizar la situación de las bolsas europeas, ya hablamos de lo mal que lo están haciendo este año las americanas. Tras muchos años ganando con mucha diferencia a los índices del Viejo Continente, en este 2025, no solo están por detrás, sino que están en negativo mientras las bolsas europeas están ofreciendo muy buenas rentabilidades.

Lo lógico sería pensar que las empresas norteamericanas están sufriendo en cuanto a beneficios.
Sin embargo, la temporada de resultados del cierre de 2024 está demostrando lo contrario: el porcentaje de sorpresas positivas está siendo históricamente alto. Entonces, si las empresas van mejor de lo que esperaban los analistas, porqué se está saliendo fuertemente de la bolsa americana para entrar en Europa.

Hay varias explicaciones, la más simple es que se trate de una recogida de beneficios. Sí, puede ser simple, incluso simplista, pero a veces puede ser la mejor explicación. Las bolsas americanas vienen de subidas muy fuertes, se están triplicando, incluso con las bajadas de este trimestre, rentabilidades en pocos años (a largo plazo todavía es mucho más espectacular). Estas subidas son mucho más fuertes en valores tecnológicos, especialmente en las conocidas como 7 Magníficas (Apple, Amazon, Alphabet, Meta, Microsoft, NVIDIA y Tesla). Y precisamente el sobrepeso de estas 7 acciones en los índices, principalmente Nasdaq y S&P (ojo que también en el MSCI mundial) es otra de las explicaciones a estas fuertes bajadas en Wall Street.

Pero va muy ligada a la anterior: el mercado puede tener cierto temor a «haberse pasado» de optimistas con la Inteligencia Artificial y los beneficios para estas grandes tecnológicas.
La irrupción de la china Deep Seek, los crecimientos no tan brutales en los últimos trimestres y el riesgo a un ciclo económico menos boyante las han penalizado y, por peso en ellos, han arrastrado a los índices.

Por supuesto, no hay que olvidarse de Trump y sus aranceles. Aquí hay que insistir en un concepto: cuando Trump impone aranceles, lo que hace es poner un impuesto a las empresas y consumidores americanos, no a los europeos, chinos, mexicanos o canadienses. Es decir, cuando una empresa compra un material al que se aplica un 25% de aranceles, este importe lo paga la empresa compradora americana, no la vendedora. Evidentemente, esto afecta a las cuentas, perspectivas y valoración de las empresas que van a tener que pagarlo, o van a tener que buscar proveedores locales, más caros o no tan buenos, y, seguramente, van a tener que subir el precio a sus clientes que, tal vez, comprarán menos. A eso hay que añadir la incertidumbre de estos aranceles, no utilizados solo para compensar el déficit comercial (EEUU compra mucho más fuera de lo que vende). A punto de llegar al día 2 de abril, «Día de la Liberación» según el propio Donald Trump, hay que ver si los suelos que hicieron las bolsas hace unos días se convierten en un soporte sólido y se reactivan las subidas.

Las esperanzas que esos aranceles sean algo más bajos han difuminado muchos miedos, pero hay que estar muy atentos si se rompen esos soportes.