Tras ser adquirida por Sebastià Triay Fayas, Antonia Amorós y José Febrer Pons en 2024, prevé aumentar de 3 a 5 millones de litros de leche recogidos y lanzar nuevos productos al mercado
En La Payesa cuentan con un secadero propio para la maduración de los quesos que elaboran en sus instalaciones del Polígono Industrial de Alaior.
Con una trayectoria de más de noventa años, La Payesa es una de las grandes empresas de Menorca del sector láctico y uno de los referentes en el sector quesero de la Isla. Con una producción anual de 300 toneladas (un 10 por ciento del total de queso que se elabora con denominación de origen Mahón-Menorca), da empleo directo a catorce trabajadores en su fábrica situada en el polígono industrial de la Trotxa de Alaior, además de contar con ocho fincas ganaderas de Menorca, que le suministran leche durante todo el año.
El pasado 2 de mayo de 2024, fue adquirida por el empresario hotelero y de la construcción, Sebastià Triay Fayas y su esposa Antonia Amorós Salord junto con su socio y amigo, José Febrer Pons. Una operación con la que se hicieron cargo de la histórica industria y de todos sus puestos de trabajo, tras el anuncio de que Explotaciones Pons Marín SL, dejaría de fabricar queso en la planta de Alaior. El objetivo a partir de ahora de la sociedad Formatges La Payesa Menorca SL pasa por dar una nueva vida al negocio con nuevos productos y el arranque de una estrategia de comercialización a nivel nacional e internacional.
INVERSIONES. La llegada de los nuevos propietarios a La Payesa ha supuesto, de entrada, una inversión de capital privado de más de 300.000 euros en modernizar la maquinaria de la planta y adquirir un nuevo camión. En este sentido, se han sustituido la caldera que servía para calentar la leche cuando debe ser pasteurizada, por una de más eficiente así como también, la máquina desnatadora que interviene en los procesos de transformación de la materia prima. «De algún modo, se había dejado de invertir en la fábrica en este último periodo y por ello, además de la compra de las instalaciones, hemos tenido que asumir esta primera renovación de equipos para poder afrontar con mayor garantía, los retos de futuro de explotación del negocio», explica Sebastià Triay Fayas. «Pese que 2024 ha acabado siendo un año de pérdidas para La Payesa, estamos orgullosos de poder decir que hemos podido mantener la actividad de la fábrica así como todos los puestos de trabajo, en un esfuerzo que realmente, está más cerca del romanticismo que no del pragmatismo empresarial», añade.
Aina Ainsa, responsable de calidad y seguridad alimentaria.
NUEVA ETAPA. El anuncio del cierre de la fábrica en su momento, provocó la huida de muchos de los clientes que tenía La Payesa, que en seguida buscaron otras alternativas de suministro. «Perdimos, entre otros, a Mercadona, que era un comprador que se llevaba el cincuenta de la producción», explica José Febrer Pons. «Para nosotros fue como empezar casi de cero, ya que se tuvo que trasladar al mercado el mensaje que se daba paso a la continuidad con el objetivo de recuperar la confianza perdida», comenta.
A raíz de esta situación, se tomó la decisión para este 2025 de iniciar una nueva etapa a nivel comercial con la introducción de tres nuevos productos en el mercado, que se añadirían a los cinco que ya se estaban fabricando con leche cruda como son el queso semicurado y el curado, una labor que realizan en las propias cavas que tienen en sus instalaciones así como los de base pasteurizada, es decir, el queso semidesnatado, el queso madurado en barra para lonchear y el queso semicurado pasteurizado. «Aunque tenemos una gran instalación productiva, realmente la elaboración la llevamos a cabo como las queserías artesanas, ya que utilizamos leche cruda, maduramos en cava propia y volteamos los queso manualmente», explica Ávaro Coll, responsable de maduración y logística.
A nivel de comercialización, también se va a hacer una apuesta por la presencia de la marca en ferias punteras como por ejemplo el Salón Gourmets de Madrid, un evento previsto para el mes de abril que está especialmente dirigido a empresas con capacidad exportadora, donde ya tienen confirmada una reunión con un gran grupo de distribución alimentaria de Estados Unidos, además de otras citas que pueden ser muy esperanzadoras para su expansión internacional. En marzo también piensan llevar a cabo una acción comercial en la Fira del Camp de Alaior junto a Biniatzem Productes de la Terra, empresa que Triay Fayas también tienen en propiedad y que se dedica a la elaboración de embutidos. «A nivel local y balear también estamos trabajando en conseguir nuevos clientes. En noviembre estuvimos en la Fira del Dijous Bo de Inca con unos muy buenos resultados que nos han dado pie a abrir nuevas relaciones comerciales con Mallorca, un mercado de referencia», comenta Fayas.
Otro de los proyectos sobre la mesa a medio plazo es un mejor aprovechamiento del suero láctico. «En La Payesa tenemos una máquina de osmosis preparada para reducir el suero de 2 a 3 partes. Esto nos abre la puerta a pensar a futuro en sectores como el farmacéutico o el de la salud, donde su aprovechamiento está muy cotizado, aunque también implicaría otras inversiones por nuestra parte», comenta Juanda Coll, responsable de fabricación. «Este año también tenemos previsto recoger 5 millones de litros de leche porque pasaremos de 8 a 12 fincas. Nuestro objetivo es que los payeses puedan vivir tranquilos y poder llegar pagar la leche al mejor precio», confirma Sebastià Triay Fayas. Desde La Payesa confían que a partir de 2026 podrán recuperar la rentabilidad financiera tras el plan trazado.
SEGURIDAD. Desde la empresa también se ha reforzado la seguridad y calidad alimentaria con el fichaje de la bióloga Aina Ainsa, como responsable del departamento así como también con la renovación de la acreditación IFS (International Featured Standard Food) que ya tenía anteriormente La Payesa, una auditoria que permite certificar la revisión de los productos y los proceso de producción para evaluar la capacidad de un fabricante de alimentos de elaborar productos seguros, auténticos y de calidad con los requisitos legales y las especificaciones de los clientes. «Es un sello de trazabilidad imprescindible para poder suministrar a grandes superficies comerciales en cualquier parte del mundo, cuya exigencia supera cualquier control estándar de Sanidad», comenta Ainsa. La nueva Payesa empieza a andar con futuro muy prometedor.