El 2025 arranca con un cambio significativo en el funcionamiento de las redes sociales. Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, ha decidido sustituir su sistema de verificación de hechos por uno basado en las notas comunitarias. A partir de ahora, los usuarios podrán añadir contexto y observaciones a las publicaciones, un enfoque inspirado en el que ya utiliza X.
Mark Zuckerberg ha presentado esta iniciativa como un paso hacia una mayor libertad de expresión, tras años de críticas al sistema anterior, percibido por algunos sectores como parcial. Además, la compañía parece estar adaptándose al nuevo clima político global.
Sin embargo, el modelo de notas comunitarias plantea dudas. En X, donde este sistema ya opera, las correcciones suelen tardar en aparecer, lo que limita su capacidad para frenar la propagación de desinformación en tiempo real. Además, el proceso para decidir qué notas son visibles depende de un algoritmo.
Para los usuarios, este cambio representa un reto: ya no basta con consumir contenido, ahora se espera que seamos más críticos y participativos. Contrastar información, añadir contexto y compartir con responsabilidad serán tareas clave para evitar que los bulos se propaguen. Meta asegura que mantendrá un control estricto en temas sensibles, como el terrorismo o el abuso infantil, pero deja gran parte de la moderación en manos de su comunidad. Esto pone a prueba no solo el sistema, sino también nuestra capacidad para construir un entorno digital más confiable.
En un mundo donde el contenido viral a menudo supera en alcance al contenido veraz, este cambio de Meta nos recuerda que el acceso a la información es una responsabilidad compartida. Las redes sociales ya no son solo un lugar para entretenerse; también son espacios donde se define nuestra percepción de la realidad. Con este modelo, la participación activa y consciente de los usuarios es más importante que nunca.