Un trinomio que ha permitido a Menorca poder empezar a jugar un nuevo rol como aspirante a podio de los destinos de referencia, que tras la pandemia, todavía ha cobrado más fuerza con una nueva coyuntura que nos ha marcado a todos. En este sentido, cada día que pasa, se impone esta tendencia del lujo como una conexión emocional con la simplicidad en la que subyacen en el horizonte más y más propuestas de alojamiento, que han sabido capitalizar de manera inteligente la tranquilidad, la reconexión y la relajación como puntos de seducción para este turismo eco chic, que se mueve sin estridencias y que está llamado a tener cada vez más presencia en Menorca.
Tan solo hay que ojear «Manera Magazine», la nueva revista trimestral que se ha convertido en una referencia del interiorismo y decoración a nivel nacional, que el pasado mes de agosto, publicaba una lista de diez hoteles boutique de nuestro país que consideraba que habían contribuido a redefinir lo que es el lujo. De esta lista de los diez magníficos, tres de ellos eran establecimientos situados en Menorca. Hoteles pequeños, sostenibles, naturales y estéticamente sencillos pero de espíritu local que sobresalían por encima de la media, decía el reportaje.
Cap Menorca, el edén del mediterráneo de 15 suites recién estrenado este verano y perteneciente al omnipresente grupo Mare e Terra, Son Blanc Menorca, una finca tradicional exquisitamente reformada que Benedicta Linares y Benoit Pellegrini, transformaron en 2023 en un remanso de paz que es sinónimo de sostenibilidad e integración en el paisaje y finalmente Ses Sucreres, hotel de interior en Ferreries auspiciado por Stephanie Mahé e Ignasi Truyol, inaugurado en 2009 y ampliado en 2023 con un nuevo proyecto arquitectónico contemporáneo e informal de inspiración brutalista e interiores amables con un pequeño oasis verde y azul. Tres proyectos que aportan tres miradas diferenciadas de hacia dónde transita nuestro modelo turístico cuya proyección exterior contribuye a comprender mejor como se descodifica el lujo en Menorca.