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Si la semana pasada análizabamos en esta sección el impacto de la geopolítica en las bolsas, en esta ocasión hablamos solo de política. Las elecciones al Parlamento Europeo tienen un impacto político muy limitado: aunque el poder legislativo es compartido con la Comisión Europea, en la práctica surgen de ésta, el fiscal corresponde a cada gobierno y el monetario al Banco Central Europeo. Sin embargo, en esta ocasión han tenido una repercusión que va mucho más allá de la repartición de los escaños.

El auge de «Rassemblement National» (RN), pasando a ser la primera fuerza política de Francia, motivó que el presidente, Emmanuel Macron, disolviera la Asamblea Nacional y convocara elecciones legislativas (no presidenciales). Hasta aquí, poco hemos hablado de bolsa, finanzas o economía. Sin embargo ha tenido su impacto. Tanto las bolsas como el mercado de bonos franceses está sufriendo cuando ya hace casi dos semanas de las elecciones. Sin entrar a valorar cuestiones políticas, a los mercados no les gusta la incertidumbre y ahora mismo en Francia la hay.

De hecho, se podría pensar que partidos más liberales, económicamente hablando, deberían beneficiar a los mercados y, por tanto, el crecimiento de RN animar a las bolsas, pero estos días no ha sido así y el CAC francés es el peor índice europeo desde entonces. La primera opción para buscar una explicación es valorar los sectores de su índice de referencia. Vemos que valores más expuestos a intervención pública han sufrido mucho: bancos y «utilities», principalmente. Sin embargo, podemos apreciar caídas en estos sectores en toda Europa, la cuestión es saber quién ha contagiado a quién: ¿caen más en Francia porque simplemente les ha afectado más la «recogida de beneficios»? o, ¿también cae en el resto de Europa por contagio desde Francia»?

De momento es pronto para saber cuál es la respuesta, pero ver el resto de sectores no ayuda.
El principal sector del CAC es el lujo, y en este caso, prácticamente, no tiene influencia la política local: por una parte es poco susceptible de intervención y por otra porque la mayoría de ventas las realizan fuera de Francia. La conclusión que se puede extraer es que esa incertidumbre que comentábamos no gusta, el mercado deja de conocer las reglas del juego independientemente que después, un cambio de gobierno sea (o no) favorable al crecimiento económico y a las empresas.

Estos procesos se han visto muchas veces: sobrerreacción de los mercados ante cambio de color a muy corto plazo y subidas en los meses posteriores. De hecho en las últimas horas han aparecido algunas casas de análisis (UBS y JP Morgan, por ejemplo) que han alertado de un excesivo castigo de los mercados y la oportunidad que se podría encontrar en los últimos recortes de la bolsa francesa.
No tardaremos mucho en conocer el resultado de la primera vuelta (las elecciones son el 30 de junio) que dará más pistas, y una semana después se sabrá la composición definitiva. Pueden ser momentos de más picos de nerviosismo, pero el inversor debe tener claro dónde está invirtiendo y cómo afectan realmente los cambios políticos, si es que afectan.