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Desde finales del siglo pasado la evolución de la estructura familiar y la demografía en Balears se ha vuelto loca.

Por ejemplo, la natalidad ha disminuido a tasas de no reemplazo (fecundidad mínima necesaria para que una población se mantenga). Si a mediados de los setenta el índice de fecundidad era cercano a tres hijos por mujer (2,85 en 1975) en la actualidad está sólo ligeramente por encima de un hijo por mujer (1,11 en 2022), por lo que estaríamos en mínimos históricos. En Balears nacen menos bebés que nunca y se están registrando caídas incluso superiores a las del resto del país.

A este declive de la tasa de natalidad hay que añadirle que la composición de los hogares también se está transformando, con un notable aumento de los hogares unipersonales. En Balears viven 2,6 personas por hogar cuando en los setenta era de casi cuatro personas por vivienda. Las implicaciones económicas de estas nuevas construcciones sociales son más que evidentes. Además, se observa una tendencia creciente hacia la formación de hogares unipersonales, impulsada por diversos factores, incluyendo cambios culturales, preferencias personales, y dinámicas socioeconómicas. Actualmente, dos de cada cinco hogares en Balears están habitados por personas solas, en los próximos 15 años los hogares de una y dos personas serán los que más aumenten y la tasa, de personas por hogar, caerá por debajo de las 2,5 personas. Para llevarse las manos a la cabeza.

La «tasa single» en Balears (vivir solo/a) implica costos adicionales significativos, cuantificados en unos siete mil quinientos euros al año. Los gastos de vivienda, facturas del hogar, y otros costes de vida diaria se incrementan para quienes eligen esta forma de vida. Pero de todo esto, lo más sorprendente es que la presencia de mascotas -especialmente perros- como miembros adicionales de los hogares, es otra faceta de este cambio social. En Balears –no te lo pierdas- hay más hogares con mascotas que hogares con niños…

No sé… parece que se está comparendo lo que cuentas tener un hijo, unos ochocientos euros mensuales, con tener un perro, aproximadamente una décima parte, por lo que los animales de compañía se están viendo como una alternativa más interesantes en esta nueva tendencia de vivir Low Cost.