El Clúster Marítimo Español se creó en 2008 y un año más tarde se constituyó el Clúster Marítimo y Logístico de las Illes Balears (CLIMB), la primera organización regional de todo el estado. El clúster balear es el único de todo el estado que tiene una formación tripartita. «Fue Francesc Antich, que en ese momento era el presidente de Balears, quien dijo que quería un clúster y Joana Barceló fue la responsable de analizar cómo se podía constituir. Lo impulsó el Govern y en este caso me pusieron a mi como presidenta y como representación de los agentes económicos. Después llamaron a UGT y CCOO. Al final se creó un clúster tripartito. Es decir, Govern, sindicatos y patronal», cuenta la presidenta del Clúster Marítimo y Logístico de las Illes Balears, Iolanda Piedra.
La agrupación la conforman diversos miembros que son la Federación Española de Empresarios del Mar, la Federación Balear de Cofradías de Pescadores, la Cofradía de Pescadores Sant Pere, la Asociación de Empresarios Marítimos y Pesqueros, la Associació d'Empreses Nàutiques de les Illes Balears, Comisiones Obreras de las Illes Balears, Asociación de Instalaciones Naútico Deportivas de Baleares, la Asociación de Centros de Buceo de Mallorca, Marina Matters, Unión General de los Trabajadores, Veamar, Renewable Ocean Energy, Pesca Turismo Mallorca, E-Vertitex, Asociación de Pescadores del Port de Sóller, la Federación Balear de Actividades Subacuáticas, Modus Igualdad, Campra Bautista Abogados, TrueWorld Organization, Clúster de Transición Ecológica de las Illes Balears, y Ports de Balears.
Así pues, el objetivo principal del clúster es crear un lugar de encuentro entre los agentes económicos y sociales, las administraciones públicas, los centros de investigación y otras entidades que tienen intereses vinculados con el mar y promover el desarrollo del sector marítimo balear. Piedra añade que «nosotros seguimos unas estrategias marítimas que consisten en cómo vamos a desarrollar todo lo que está en la costa y en el mar. Los ayuntamientos organizan la tierra y dividen el territorio y determinan donde se puede construir cada infraestructura, entonces en el mar es lo mismo». Sin embargo, dividir el mar es mucho más complicado, puesto que las decisiones que toman los países pueden afectar a otros. «Si los franceses en cualquier momento deciden poner una línea de molinos flotando hasta África para hacer energía renovable, entonces nosotros ya no tendríamos transporte marítimo porque los molinos impedirían el paso, tanto a nosotros como a toda España», ejemplifica Piedra.
En España cada comunidad autónoma costera cuenta con un clúster marítimo regional, excepto Andalucía, que tiene dos, y Valencia, que no tiene. La presidenta del clúster remarca la importancia de contar con esta entidad a nivel tanto nacional como internacional, «a nivel europeo los clústeres marítimos gestionamos mucho dinero, ya que participamos en diversos proyectos europeos. Creo que a día de hoy somos la entidad que más proyectos gestiona». El clúster de Balears gestiona a día de hoy 11 proyectos grandes. «Son unos proyectos muy grandes e importantes. Europa nos concede un presupuesto elevado para poder desarrollarlos», explica Piedra.
El pasado 16 de enero el clúster presentó su último proyecto, Renewable Ocean Energy (ROE), un programa que está impulsado por el propio clúster, la Universitat de les Illes Balears (UIB) y varios agentes económicos y sociales. Piedra explica cómo surgió la idea del proyecto, «querían implantar una planificación marítima que nos afectaba plenamente. Se quería instalar una serie de molinos flotantes en el mar. Entonces aquí empezó a haber un discurso. No es muy agradable para los turistas que unos molinos de eólica flotante tapen las vistas que tienen en la habitación del hotel. Nuestro producto interior bruto depende del sector turístico y por este motivo dijimos que no queríamos instalar los molinos. Sin embargo, debemos cumplir una normativa y la ley dice que en 2030 el 40% de la energía que utilicemos debe ser renovable y por ahora no alcanzamos este porcentaje».
A raíz de esta problemática se empezaron a buscar varias soluciones para poder generar energía renovable sin que supusiera un problema. «Nos empezamos a cuestionar todo lo que teníamos, entonces dimos con la clave, el mar. Así pues, pensamos en aprovechar la energía de las olas. De este modo, empezamos a hacer pruebas con unos dispositivos que iban enganchados a los espigones de los puertos. Es un aparato que no molesta y con el que conseguimos generar energía mecánica. El siguiente paso era convertir esta energía mecánica en eléctrica, por ello aplicamos un sistema similar al funcionamiento de una bicicleta para transformar la energía y así se podría comercializar», argumenta la presidenta del clúster.
El proyecto ROE tiene una doble función, por un lado generar energía y por otro también servirá como detector de riesgo de tsunami. «Aquí no hay riesgo de tsunami, pero hay muchas líneas rojas y en otras comunidades hay un riesgo elevado de que pueda haber uno. Se tiene que estudiar todo el comportamiento del mar para poder predecir con tiempo si se puede producir uno. Por este motivo, se está planteando instalar unos sensores para recoger la información en big data e inteligencia artificial, con estos datos se haría un modelo predictivo para avisar a la gente», cuenta la presidenta del clúster balear.
El proyecto todavía está en proceso, pero está previsto que las primeras turbinas se instalen en el puerto de Ciutadella. Aunque también se han estudiados otros puntos de las Balears donde poder colocarlas. Sin embargo, ROE todavía se encuentra en una fase inicial en la que debe pasar por una serie de pruebas. Piedra confiesa que «todavía queda trabajo por delante, ya que se tienen que fabricar y hacer una serie de pruebas para que funcionen a la perfección. Si todo va según lo planeado las turbinas en un futuro se podrían instalar en varios países de todo el mundo y así estos lugares se podrían abastecer de la energía que produjeran».
«El proyecto no se ha desarrollado antes porque la tecnología con la que se lleva a cabo no está madura. Nosotros tenemos el nivel de madurez de la tecnología en un nivel 7 (TRL), que se clasifica como la demostración del prototipo del sistema en un entorno espacial. Para que el producto se pueda comercializar debe ser un TRL de nivel 9. Si este proyecto sale bien alcanzaremos el nivel 9 de madurez y se podrá vender. Si aprueban el proyecto y los equipos de otros países se ponen a trabajar conjuntamente se podrá pasar de un nivel siete a un nivel nueve más rápido. La parte negativa es que también hay otras tecnologías, como la nuclear, que también lo pueden conseguir, aunque es menos segura», concluye Piedra.
Además, desde el clúster son conscientes de la importancia de la conservación del territorio y por este motivo quieren buscar alternativas para conservar las islas para las generaciones futuras. Para el Clúster Marítimo y Logístico de las Illes Balears el futuro es incierto y son conscientes de que sus preocupaciones no son las mismas de las de otros países. «El futuro es una estrategia compartida entre todo el mediterráneo para abordar los grandes problemas que tenemos con los países del sur de la mediterránea. Estos problemas no son solo las pateras que llegan, sino la gestión que hacen del vertido de residuos y la protección del ecosistema», admite la presidenta del clúster. Las necesidades de los países del sur de la mediterránea no son los mismos que los del norte, «ellos tienen una mentalidad diferente a la nuestra. Nosotros tenemos la necesidad de comprarnos un smartphone, ellos tienen la necesidad de comer cada día. La desesperación humana te puede llevar a lugares no muy recomendables», sentencia Piedra.
El dato
Proyectos
El proyecto ROE. El pasado 16 de enero el clúster presentó ante la Comisión Europea el proyecto Renewable Ocean Energy (ROE), que pretende generar energía a partir de la fuerza undimotriz de las olas del mar. El proyecto cuenta con el respaldo del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. El ROE incluye la creación de una granja energética de 115 metros cuadrados que se instalarán en el Port de Ciutadella y estará compuesta por 77 turbinas undimotrices de patente balear. Las turbinas contarán con un anclaje en los espigones que se instalarán en los puertos para transformar la energía de las olas del mar en electricidad. El proyecto tiene un presupuesto de 26 millones de euros y espera recibir una financiación de 20 millones por parte de los fondos Horizon Europe. El proyecto cuenta ya con una subvención del Govern balear, aprobada por la conselleria de Empresa, Ocupació i Energia para la adquisición e instalación de una turbina undimotriz. Piedra espera que la Unión Europea financie el proyecto, ya que hasta el momento solo los proyectos del Atlántico han obtenido financiación. El ROE está impulsado por la UIB y por entidades de siete países de la Unión Europea. Es uno de los proyectos estrella de la estrategia de economía azul que lidera el clúster.